En
estos días, se habla de hechos importantes que ocurrieron en 1992. Tales fueron
los Juegos Olímpicos, que se celebraron en Barcelona y La Expo, que se instaló
en Sevilla.
Ambos
hechos fueron el resultado del trabajo de muchos, todos ellos coordinados por
un mismo espíritu, a nadie le cabe en la cabeza que no fueran todos a una para
conseguir el éxito que se obtuvo en ambos acontecimientos. Tanto en un caso
como en otro, seguro que hubo chanchullos o eso dicen los rumores. Vamos a
olvidarnos y pasemos página para no hacernos mala sangre. Claro qué, si a los
artistas de turno los hubieran trincado y metidos en la cárcel, a lo mejor no
habrían ocurrido algunos hechos más recientes.
Yo
no soy deportista, ni aficionado siquiera, pero, estuve siguiendo lo que pude
de aquellos juegos, los consideré algo importante para todos, para España en
general. Uno se pregunta ¿Cómo es posible que, incluso en tal acontecimiento,
hubiera algunos independentistas que quisieran romperlos? Pues los hubo, aunque
estuvieron bastante bien neutralizados, diría que casi pasaron desapercibidos.
Espero que el primero de octubre se termine con esta lacra social,
políticamente, se entiende, que estos enseguida le sacan a uno lo de las
cavernas o algo peor. Ahora les ha dado por darle caña a los turistas. Sabiendo
lo que son los anti-sistemas, no encuentro razón alguna que justifique la
permisividad de los gobiernos autonómicos en este asunto, luego a llorarle al
papa Estado para que se les dé más dinero, dinero de todos.
La
Expo de Sevilla fue otra cosa y cuando la recuerdo me viene a la memoria EL
ATOMIUM DE BRUSELAS. No recuerdo el año, pero sí que, en aquellos días, yo
estaba interno en el Calvo Sotelo de Orense, recuerdo también que se rumoreaba
que el Colegio pagó el viaje a los dos hijos del Gobernador de Orense. El hecho
fue bastante criticado, vamos, como si ya entonces existiera la nueva política.
No sé porque la llaman nueva, luego dicen que aquellos eran franquistas y estos
¿Qué son? Siempre ha habido enchufados, aquí en Valdemorillo, según dicen,
también los hay, en esta legislatura y en las anteriores y los habrá en las
futuras, somos así, siempre arrimamos el ascua a nuestra sardina o a la del “pelota”.
Por eso, seguramente Felipe González instaló el primer AVE MADRID-SEVILLA, con
el esfuerzo de todos, esfuerzo, esfuerzo, bueno con los impuestos de todos ¡Qué
más da! Ya veis, para que luego salga un cantamañanas cualquiera que empiece a
hablar del nacionalismo andaluz copiando a independentistas catalanes y vascos.
Cuando aprenderemos aquello de “dar pan a perro ajeno es perder el pan y perder el perro”.
Cuando aprenderemos aquello de “dar pan a perro ajeno es perder el pan y perder el perro”.
Perdonadme
la vanidad, para mí, La Expo de Sevilla tuvo un significado algo mayor, supongo
que, porque algo mío estuvo allí, porque en ella se expuso un proyecto para
obtener energía de las olas patentado por este servidor y al que llamé PROYECTO
ARQUÍMIDES. El prototipo se insertó en otro más grande, el proyecto OLAS-1000
de Unión Fenosa, financiado por OCIDE, y que se probó en la central térmica de Sabón, cerca de La
Coruña.
Tristemente,
no salió adelante, ahí se quedó todo. El estudio del CEDEX, que depende del
Ministerio de Obras Públicas, concluye que la rentabilidad del proyecto depende,
principalmente, de dos cosas: La primera es que el tamaño óptimo de la boya
debe tener tres metros de diámetro, la segunda se deriva del coste de la obra
civil, esta solo se amortiza cuando se realicen a la vez que las obras de
construcción de los diques de protección de los puertos, lo que llamamos
rompeolas, haciendo que la misma estructura haga de rompeolas al colocar todos
los pozos en línea y pegados unos a otros.
Personalmente,
creo que este proyecto, como otros, se quedó a medias. La investigación, el
desarrollo y la innovación en España está muy por debajo de lo que debiera ser.
Sin la I+D+I no hay posibilidad ninguna de cambio en el modelo productivo.
Naturalmente, lo primero es una buena educación, una educación que busque la
excelencia, basada en el esfuerzo y en el mérito y no ésta que nos imponen y que
permite pasar de curso sin aprobar todas las asignaturas y sin reválidas, que
quiere quitar los deberes escolares. Una formación universitaria en la que las
empresas y las universidades no trabajan juntas está ralentizando toda
posibilidad de progreso tecnológico y de futuro.
Así, pasito a pasito, nuestras izquierdas nos
llevarán a Venezuela o sabe Dios dónde.
Pasadlo bien. Andrés