martes, 29 de julio de 2014

UN CUENTO PARA MARIANO (SEGUNDA PARTE)

Sigamos con el cuento para Mariano y Pilar, Pilar y Mariano, por aquello de “tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando”. Ya sé que las responsabilidades del Presidente de la Nación son mayores que las de una Alcaldesa de pueblo, aunque se trate de Valdemorillo y ella sea muy torera. A pesar de eso, cualquier cosa que se haga mal aquí, también le afecta al Presidente y al Partido, también nos quita votos, que parece que es para lo único que importan las “bases” y para lo único que se las tiene en cuenta.

Por la forma en que se agarran a ella, algo tiene que tener la silla del poder, una vez que se han sentado, no hay forma de sacarlos de allí ni con agua hirviendo. No solo eso, pactan con el diablo con tal de seguir allí sentados, da igual ocho que ochenta, el pueblo les importa un pito con tal de “mantenella y no enmendalla” y lo que es peor: Hay que ver como defienden a los sentados los del plato de lentejas y los “sí señor, lo que usted diga”.

Don Mariano, usted no puede seguir permitiendo ni manteniendo situaciones como esta de Valdemorillo. No hay dinero para pagar tanto inútil, ni tanto atropello. Sí, Don Mariano, en Valdemorillo se atropella al personal desde la mesa del Pleno, si no se lo cree que le pasen un vídeo de los mismos. Naturalmente esto no pasaría si Doña Pilar tuviera la más mínima AUTORIDAD, eso sí, autoridad para pasarles las patatas calientes a las Urbanizaciones, más de medio Pueblo, de esa si tiene, nos considera tan tontos que responsabiliza a todos los vecinos de las infracciones urbanísticas de unos pocos, no solo eso, nos amenaza con no recepcionar la urbanización si no conseguimos que esos sinvergüenzas repongan la legalidad urbanística.

Permitir estas cosas, Don Mariano, hace posible que surjan los Gürtel, los ERES, los Urdangarín, los Pujol (Esto sí que ha sido para hacer un monumento a la estupidez independentista)... y así hasta el infinito. También surgen otros de este cabreo generalizado, como los PODEMOS. ¿Y por qué no? Desde el cinco de septiembre de 1998 llevamos en mojadillas aguantando las tomaduras de pelo y las impertinencias de este Santo Ayuntamiento que contesta tarde y mal a sus vecinos y a los Juzgados y al Defensor del Pueblo y que solo sabe quejarse si les denuncian y eso que se defienden con nuestro dinero.

Vaya limpiando nuestra casa Don Mariano, por qué si usted considera que ser del Partido significa que tenemos que tragarnos estas cosas ya puede ir afeitándose la barba porque se la van a arrancar de cuajo y aunque sigamos votando al PP para evitar males mayores, a lo mejor no estamos cuando nos eche en falta. Es muy triste lo que está pasando.


Pasadlo bien. Andrés

domingo, 27 de julio de 2014

UN CUENTO PARA MARIANO


      Creo que tampoco le va mal a doña Pilar, así pues, que vaya para los dos.

Erase una vez…

    El pasado diez de julio ingresé para una intervención quirúrgica en el Hospital de El Escorial. He tenido tiempo de todo, desde soportar, como pude, lo que me tocó, hasta contar chistes con los compañeros de habitación, dicho sea de paso, de los tres que se fueron turnando, a cual más majo.

Miro mi cuerpo desnudo
reflejado en el espejo
de este baño.
La cara más bien triste,
los parpados hinchados,
los músculos de los brazos
apenas si se sostienen,
las tetillas… por el suelo.
¿Qué fue de aquella oronda panza,
reluciente como un pandero?
Acierto a ver algo deforme,
marcado por las heridas,
de la guerra en los quirófanos.
Tres marcas de agujeros
y una cremallera metálica,
de cuarenta y tres grapas,
la recorre de arriba abajo.
Con una mano sujeto la pared,
no se me vaya a caer,
con la otra un trasto blanco,
para medir no se qué.
A duras penas consigo volver,
me asfixio en la cama,
prefiero el sillón de la guerra del catorce,
al menos respiro.

Amigos de verde y blanco
y algún azul despistado,
que mitigáis nuestras miserias,
con el corazón,
que no es chico,
según vuestros papeles,
quiero daros las gracias.
Se que me quedo corto,
pero más no puedo.
No se pueden pagar vuestros desvelos,
vuestros cuidados sin cuento,
¿Cómo agradecer:
La sonrisa que nunca os faltó,
los ánimos repartidos
y hasta el mimo,
que ponéis en el cuidado?
Con este alma de setenta años,
ya un poco maleada,
es que no tengo otra,
os deseo lo mejor,
que se cumplan vuestros anhelos,
aunque sean pequeños,
que disfrutéis de los vuestros…

Así fue Don Mariano, a veces se podía adivinar en sus conversaciones, el lamento de los recortes, el cierre de camas y la escasez de personal. Créame Don Mariano que se quejan con razón. ¿Sabe?, yo soy del Partido, entre comillas, y entiendo su política de austeridad y le echo la mayor parte de la culpa a un tal José Luis que gobernó antes que usted, pero… Usted también tiene una buena parte de esta culpa.

¿Sabe? hay que recortar antes otras cosas. ¡Mire!: En Valdemorillo hay diecisiete Concejales, somos doce mil vecinos. ¿Quiere explicarme que pintan la mitad de los que están en el equipo de Gobierno? Son ocho del PP y tres de PIVALDE. Solo hacía falta uno para tener mayoría, pero claro, no se iban a quedar los otros dos en la cuneta. Esa medida que usted está proponiendo es buena para estos casos, en otros habría que verlo.

Para poder seguir “gobernando” Doña pilar hizo un pacto, para mí maldito, justo con la persona que más la había puesto a caldo, lo escribo muy fino, en la legislatura anterior. No se conformó con hacer el pacto, la hizo Vice-Alcaldesa, Concejala de Urbanismo y Medio Ambiente, le dio el mismo sueldo que tenía ella, más menos cuatro mil cuatrocientos euros y catorce pagas. Esto es tirar el dinero. Esto es comprar por un plato de lentejas y tan mal lo hace el que compra como el que se vende, bueno, el que peor lo hace es el que compra. Con esta premisa le aseguro que es difícil que se te ocurra el más mínimo argumento para animar al personal de este hospital o de cualquier otro. 

Mañana más.


Pasadlo bien. Andrés

LA PARCA


Siento como se acerca la Parca,
tan callada…
con su capa negra
y su blanca calavera.
Se desliza suavemente
sobre un terciopelo verde,
no necesita guadaña,
bien lo sabe.
Le basta con su sonrisa macabra.
Los huesos ya se desarman,
los tendones ya se rompen…
y los músculos… 
se deshilachan como ropa vieja.
Ya la vista no me alcanza
a divisar las fachadas
de las paredes...
de las parcelas de enfrente.
¡Ni la Parca con ellas puede!
Una Pilar, una Carmen
y un Miguel Ángel
reforzaron sus cimientos,
que seis HOMBRES, donde los haya,
ya los habían hecho buenos.
Estos seis y más de un ciento,
en Valdemorillo,
se adueñaron de medio Pueblo. 
Yo no creo en el infierno,
pero si hubiera,
allí me veré con ellos.

NOTA: En estos pensamientos andaba antes de pasar por el Hospital de El Escorial. Ya he vuelto y me atrevo a decir que, como  una cosa no quita la otra, por lo que más quiero, os deseo de corazón, a todos, si a todos, a mis vecinos de enfrente y los de la mesa del Pleno de Valdemorillo, a todos  que no tengáis que pasar por una experiencia como esta de la que estoy recuperándome. 


Pasadlo bien. Andrés

sábado, 5 de julio de 2014

¿SOY MONÁRQUICO?


Hace unos días comentaba sobre qué era lo mejor o más sensato para nuestro sistema de Gobierno. Después se ha hablado de la posibilidad de aforar o no y de cómo hacerlo al Rey Don Juan Carlos.

Por lo que he oído y visto en televisión, en una y otra cadena, a personas con poder dentro de los distintos partidos políticos de nuestro Arco Parlamentario llego a la conclusión de que realmente soy monárquico.

Estoy convencido de que en este País nuestro, que se llama España, los únicos que parecen tener derecho de pernada son algunos políticos de tres al cuarto que se lo llevan crudo y que viven de nuestra ignorancia y de nuestros impuestos.

Entiendo que ser republicano o no, no depende de que uno sea de derechas o de izquierdas, el hecho de que tengamos más de 10.000 aforados ya me parece un delito, una estafa, un engaño, una tomadura de pelo, como tantas otras y me cuesta no tirarme al monte. Espero que el Partido Popular tome nota y empiece de una vez a limpiar nuestra casa ¡Vais muy lentos! A este paso nos come la miseria. ¿Cómo habláis de transparencia con esa suavidad? ¿Tenéis miedo de algo? Si tenéis miedo ¿A qué esperáis para marcharos a vuestra casa? Don Mariano, si no se van échelos usted.

Considero canallas a todos aquellos aforados que se han negado o se abstuvieron en la votación para aforar al Rey Juan Carlos. Como nuestras leyes parecen hechas para los sinvergüenzas, la mayoría de las veces, a lo mejor eso de canallas lo tiene que decir un Juez. Bueno, pues que se queden en presuntos canallas.

Aquí parece que hay que medir las palabras, puedes apropiarte del terreno público sin que se metan contigo, pero cuidado con lo que dices.

Pasadlo bien. Andrés

jueves, 3 de julio de 2014

LAS SS Y LOS MISERABLES



No quiero recordar a las SS de Hitler ni a Los Miserables de Víctor Hugo. Quiero contaros de nuestra Seguridad Social, que se reparte en tantas como autonomías tenemos y que, para según qué cosas, tienes mejor o peor suerte según donde caigas. Por eso escribo las SS, aunque yo solo hablaré de la de Madrid. Los Miserables los pongo luego.

Tomando un vino con unos amigos me empezó un cólico de riñón al que fui capeando como pude. No fui capaz de cenar, me acosté, al rato me levanté y me fui al Hospital de El Escorial. Al contrario de otras veces apenas había gente en urgencias, me atendieron al minuto, serían las once. A eso de las dos de la mañana me pasaron a una cama en una habitación para dos que tenía cuatro, con sus cortinas blancas, un biombo y un cuarto de baño que relucía como una patena.

Allí estaba yo como un califa en su harén, hasta me cambiaban alguna  Señora de vez en cuando ¡Como si me resultaran aburridas! Si no me equivoco compartí habitación con seis o siete Señoras, entre ochenta y ciento tres años, muchas venían de Residencias.  Compartimos habitación y compartimos nuestras miserias. Me preguntaba hasta dónde podemos llegar en nuestra miseria y me acordaba de los campos de exterminio nazi y me di por contento y sentí cierto pánico al pensar que con un poco de suerte, algún día, más o menos lejano, iría a parar de allí al tanatorio. Como he oído esta mañana en Radio Nacional, no morimos de belleza, morimos de fealdad y de miseria.
Dejadme que repita frases que sonaron esas dos noches con sus dos días enteritos y que, unidas al ambiente, me hacen pensar:

-      ¿Qué hago yo aquí?
-      Estos hijos…
-     Señorita, Señorita,… quiero orinar… (Este que también tiene sus cosas, se levantó para ir al baño sujetando su especial árbol de Navidad)…Señor ayúdeme usted, póngame la cuña,… (Uno más “cortao” que un pulpo en un garaje) Pero Señora si soy un enfermo como usted, espere que voy a buscar a alguien,…
-  Purificación ¿Cómo está? Todo está bien pero para asegurarnos tenemos que verle el culo, gírese un poquito, ponte los guantes. Ay, ay, ay,… Ya está, ya no la molestamos más. Esto está bien, ya se puede ir, vendrán a buscarla.
-  ¿Cuándo viene la ambulancia? Cuánto tarda. Tranquila mamá ya vendrá.
-      ¿En qué Residencia está? Me trajo Isabel
-      ¿No está con la familia?
-       No me hable de familia, ya vendrá alguno a recoger la herencia.
-      ¡Que te calles! ¡Cállate!

No puedo terminar así esta historia, “despotrico” más de una vez de los funcionarios y políticos parásitos que no dan la talla por vagos, por ignorantes o porque solo miran y esperan el sueldo de fin de mes. Estos que nos han cuidado y que alivian nuestras miserias no están en ese grupo, los habrá que sepan más o menos, pero todos, desde los médicos a los que limpian, pasando por enfermeras, auxiliares, celadores, camilleros y especialistas, a todos estos, que yo he visto y a los que no he visto, tengo que darles las gracias por su dedicación y en especial, aunque me repita, por aliviar nuestras miserias.

Estas miserias nos hacen miserables y nos llevan, poco a poco al tanatorio, igual que el nacimiento y da igual que seas rico que pobre, habremos de pasar por ellas.

Hay otras miserias mucho peores y que las provocamos a conciencia. ¿Habrá algo más miserable que apropiarse de 150 metros cuadrados de tierra de uso público? ¿Qué beneficio tienen mis vecinos de enfrente? Seguro que duermen a pierna suelta, sobre todo ahora que la Urbanización ha decidido dejarles en paz.

Pues sí, hay otra miseria más grande: La de negarse a cumplir con la obligación que nos corresponde, no digo ya si encima nos pagan por ella. Por ejemplo:

-   Todos aquellos que votaron a favor de que se deje a los que se anexionan terrenos de uso público en la Asamblea General de Mojadillas, demuestran tener una miseria mayor que ellos, en especial la Junta Gestora que incita a ello.
- Todos aquellos funcionarios y/o políticos del Ayuntamiento de Valdemorillo que eluden su responsabilidad en este asunto y, lo que es peor, quieren endosarle el muerto a la Urbanización, también demuestran tener más miseria que mis vecinos.

Dicen que Hacienda somos todos, pues miserables también, claro que unos más que otros. Espero que cualquiera que lea esto entienda lo que pienso de las miserias humanas. Yo tampoco me libro, si os sirve de consuelo. Ya sabéis aquello de ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio.


Pasadlo bien. Andrés