domingo, 27 de julio de 2014

UN CUENTO PARA MARIANO


      Creo que tampoco le va mal a doña Pilar, así pues, que vaya para los dos.

Erase una vez…

    El pasado diez de julio ingresé para una intervención quirúrgica en el Hospital de El Escorial. He tenido tiempo de todo, desde soportar, como pude, lo que me tocó, hasta contar chistes con los compañeros de habitación, dicho sea de paso, de los tres que se fueron turnando, a cual más majo.

Miro mi cuerpo desnudo
reflejado en el espejo
de este baño.
La cara más bien triste,
los parpados hinchados,
los músculos de los brazos
apenas si se sostienen,
las tetillas… por el suelo.
¿Qué fue de aquella oronda panza,
reluciente como un pandero?
Acierto a ver algo deforme,
marcado por las heridas,
de la guerra en los quirófanos.
Tres marcas de agujeros
y una cremallera metálica,
de cuarenta y tres grapas,
la recorre de arriba abajo.
Con una mano sujeto la pared,
no se me vaya a caer,
con la otra un trasto blanco,
para medir no se qué.
A duras penas consigo volver,
me asfixio en la cama,
prefiero el sillón de la guerra del catorce,
al menos respiro.

Amigos de verde y blanco
y algún azul despistado,
que mitigáis nuestras miserias,
con el corazón,
que no es chico,
según vuestros papeles,
quiero daros las gracias.
Se que me quedo corto,
pero más no puedo.
No se pueden pagar vuestros desvelos,
vuestros cuidados sin cuento,
¿Cómo agradecer:
La sonrisa que nunca os faltó,
los ánimos repartidos
y hasta el mimo,
que ponéis en el cuidado?
Con este alma de setenta años,
ya un poco maleada,
es que no tengo otra,
os deseo lo mejor,
que se cumplan vuestros anhelos,
aunque sean pequeños,
que disfrutéis de los vuestros…

Así fue Don Mariano, a veces se podía adivinar en sus conversaciones, el lamento de los recortes, el cierre de camas y la escasez de personal. Créame Don Mariano que se quejan con razón. ¿Sabe?, yo soy del Partido, entre comillas, y entiendo su política de austeridad y le echo la mayor parte de la culpa a un tal José Luis que gobernó antes que usted, pero… Usted también tiene una buena parte de esta culpa.

¿Sabe? hay que recortar antes otras cosas. ¡Mire!: En Valdemorillo hay diecisiete Concejales, somos doce mil vecinos. ¿Quiere explicarme que pintan la mitad de los que están en el equipo de Gobierno? Son ocho del PP y tres de PIVALDE. Solo hacía falta uno para tener mayoría, pero claro, no se iban a quedar los otros dos en la cuneta. Esa medida que usted está proponiendo es buena para estos casos, en otros habría que verlo.

Para poder seguir “gobernando” Doña pilar hizo un pacto, para mí maldito, justo con la persona que más la había puesto a caldo, lo escribo muy fino, en la legislatura anterior. No se conformó con hacer el pacto, la hizo Vice-Alcaldesa, Concejala de Urbanismo y Medio Ambiente, le dio el mismo sueldo que tenía ella, más menos cuatro mil cuatrocientos euros y catorce pagas. Esto es tirar el dinero. Esto es comprar por un plato de lentejas y tan mal lo hace el que compra como el que se vende, bueno, el que peor lo hace es el que compra. Con esta premisa le aseguro que es difícil que se te ocurra el más mínimo argumento para animar al personal de este hospital o de cualquier otro. 

Mañana más.


Pasadlo bien. Andrés

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