Siempre se ha dicho que las
comparaciones son odiosas. A veces he comparado el diálogo con
los independentistas, con el diálogo con el Ayuntamiento de Valdemorillo, para
la recepción de urbanizaciones.
Hasta ahora, el resultado ha
sido el mismo, se dialogue o no se dialogue: Los independentistas siguen
en sus trece, se quieren ir de España. Argumentan que todo les irá mucho mejor,
hasta se morirán menos, porque manejarán mejor la lucha contra este virus
coronado. En esto, hasta es posible que tengan razón, a juzgar por lo
“rematadamente bien” que lo está haciendo este desgobierno
socio-comunista-republicano de izquierdas.
Nosotros,
los que queremos que desaparezcan las EUCC, también seguimos en nuestras trece,
queremos ser barrios del “casco”, queremos ser tratados exactamente igual de
bien o de mal que cualquier otro vecino del “casco”. Para el caso que nos hacen,
da lo mismo dialogar que no dialogar, de hecho, no hay dialogo.
Nosotros, al
revés que los independentistas, queremos entrar, en vez de salir. Da igual,
los señores del poder no nos dejan, a ninguno, que nos salgamos con la
nuestra.
En estos días, me han venido
otras comparaciones a la cabeza, no se porque las llamo comparaciones,
realmente son pesadillas.
TOI SUSTAO
Andábamos por los siete mil
muertos y, por eso de comparar, me preguntaba, ¿Cómo es posible
que los doscientos del atentado de Atocha, le dieran el poder al PSOE y estos
siete mil no se lo den al otro “bando”? Aunque solo fuera por la alternancia de
marras. Pues no, parece que no pasa nada. ¿Será porque la política de Pablo
Iglesias, esa con “coj.nes”, esté funcionando de verdad? Debe ser así, porque,
ni con los diecinueve mil muertos que llevamos ahora, se les remueven
las entrañas. Puede que no tengan, seguro que no tienen.
Llevamos más de diecinueve
mil muertos. Bueno, hoy dicen que son más de treinta
mil. ¿Será posible que no sepan ni contar? Y con este susto, sigo comparando,
porque me viene a la cabeza Carrillo y Paracuellos del Jarama. Sí, ya se que no
tienen nada que ver las balas de los fusiles y este virus coronado, este,
necesita algo más de tiempo, pero es efectivo de… narices. Efectivo y selectivo
¡Cuidado que le gustan las residencias de mayores!
Comparando los datos que
nos cuentan en las noticias, las fotos, las algaradas y demás dimes y diretes,
uno no puede por menos de comparar las imágenes dantescas de los andenes de
Atocha, después del atentado, publicadas en todas las cadenas, con los datos de
estos días y las fotos de los féretros, fotos que los han empezado a sacar
después de recibir unos cuantos tirones de orejas. ¿Será por esos quince
millones de euros de nuestros impuestos que les ha dado el desgobierno a las
televisiones que les aplauden? ¡Panda de pelotas y vendidos!
Si hablamos de algaradas y
manifestaciones, a uno se le caen los palos del sombrajo,
cuando ve la que se montó con el ébola, por un tal Excalibur, que era un pobre
perro. Eso sin haber ninguna persona muerta, salvo las dos que se trajeron para
intentar salvarles, y ahora, con miles de muertos, ninguno de aquellos sale a
decir nada. ¿Dónde están? Seguro que, en sus guaridas, escondidos como ratas. El
que sí sale es Don Pedro, que ya ha olvidado las cosas que le decía al Señor Rajoy
y a la Ministra de Sanidad Señora Mato, todo por un animal sacrificado. Hay que
oírle entonces y ahora, ya se ha olvidado de aquello y presume de que lo está
haciendo muy bien. ¿Será, porque consigue que el número de muertes se supere
cada día? Lo mismo, era ese su objetivo, para aprobar la ley de la eutanasia y
que se vieran sus beneficios con una demostración previa.
Con todo esto, Don
Pedro Sánchez y Don Pablo Iglesias, fajadores dónde los haya, resisten
impávidos los comentarios y las llamadas de atención en el Congreso. No solo
eso, se han rodeado de un montón de ministros, a cuál más sincero, más
comunicador, más genial… y sobre todo más inepto, más inútil, más ineficaz, más
mentiroso, más pelota… todos, sin excepción, tratando de imitarles en su
cinismo. Con todo esto, tienen el atrevimiento de pedir colaboración a la
Oposición, dicen que para remontar la que se nos viene encima. CON UN PAR, sí,
el del que lleva coleta, el macho alfa, el otro, me parece que no tiene y por
eso lo ha escogido como socio o como parapeto y carne de cañón. ¡Vaya usted a
saber! De Don Pedro se puede esperar cualquier cosa.
Estoy convencido de
que, aquellos, que, con sus votos les han puesto en el Poder, son buena gente,
puede que alguno no, como en todas partes. En este momento, no sé cuántos les
siguen apoyando. Si lo hacen, lamento no poder entenderlos y les preguntaría ¿Cuántos
muertos necesitáis para que mandarlos a su casa?
Lo peor:
Sigue habiendo gente que les apoya, entre ellos, algunos de mis amigos. Les
pido perdón por no entenderlos. Conmigo que no cuenten ni un solo minuto, ni
siquiera en esta lucha contra este virus, creo que lo han hecho tan mal que
debieran irse del desgobierno, ya mismo.
Nunca me
he levantado el primero de una mesa de negociación, sin conseguir lo que
quería. Espero que la Oposición asista a la convocatoria de Moncloa, espero que
no pacten nada con alguien que no cumple nada y miente más que habla. Espero que
no se hagan ni una foto. Lamento que sea por este virus y no por otras muchas
razones que no se den la mano. En estos momentos, creo que hace falta un
gobierno de concentración con algunos elementos fuera de él. Por el momento
creo que será imposible. Para mí, tendría que desaparecer el actual Consejo de
Ministros entero y eso, no me dejan hacerlo, así es, que tendréis que aguantaros,
por no haber votado lo que yo. ¿Qué, qué dices? ¿Qué a lo mejor lo habían hecho
peor? Puede, pero esta vez os ha tocado a vosotros y lleváis más de diecinueve
mil muertos, no lo olvidéis.
¡Va! No aprenderemos nunca.
Escribiendo estas cosas, me
dicen que, Luis, también se ha ido. Un abrazo María.
Cuidaros y pasadlo bien.
Andrés