PRESENTACIÓN
Parece
que en estas cosas está obligada una cierta presentación. Pienso que con la
apertura de mi hija Ana, que me conoce bastante bien, podía bastar, pero, en
fin, cumplamos con la costumbre, intentaré ser breve:
Nací
en Béjar, provincia de Salamanca, un cinco de febrero de 1944, 68 años de nada.
Según me contaron mis padres vivo gracias al Pelargón. Los más jóvenes
seguramente no han oído hablar de él, sin embargo, aquella primera leche en
polvo para bebés me ayudaron a sobrevivir, el Pelargón y el montón de horas
extras que tuvieron que hacer mis padres para complementarlo con otras cosas,
ahora hay padres que no tienen esa oportunidad. Hice el bachillerato en el
Instituto de Orense siendo alumno del Colegio Calvo Sotelo de Falange, o de la OJE
o del Frente de Juventudes con su Cara al Sol y sus rosarios y sus Misas de los
primeros años, su uniforme y las becas que Hidroeléctrica Moncabril tuvo a bien
darnos a mi hermano Antonio y a mí, las primeras que dieron, por aprobar el
examen de ingreso. Como esto puede llegar a ser un rollo, permitidme que
transcriba aquí un verso, u lo que sea, que escribí hace unos años para el
Cocodrilo de Valmayor, un periódico mensual, muy modesto, pero que tenía el
encanto del intento y la ilusión por retratar el costumbrismo o la vida en y de
Valdemorillo, lástima que solo duró un año. Así quedó aquello:
La jara y los castaños
Aquí
tenemos la jara.
¿Y
qué? En mi pueblo hay castaños.
Y
un día, no recuerdo si temprano, mi padre nos llevó al tren.
Era
un viaje muy raro.
Nos
llevó a un pueblo, entonces muy lejano:
Ribadelago,
aquél
que lo llevó el agua de una presa desatada.
Y
vi rapaces con cholos de cuero, madera y clavos
que
patinaban sobre el agua del río helada.
Y
daba miedo.
Y
fuimos a Alberguería, el pueblo que inundó un pantano.
Y
me pilló Andrea ciscando en el campo,
que
en aquella casa no había baño;
si
tenían un escaño, para tres o para cuatro,
en
una cocina de fuego en el suelo centrado
y
un pote de caldo colgando de un gancho.
Y
fuimos a Orense: con sus Burgas, la
Catedral y su Cristo,
el
Colegio, el Instituto y el Padre Silva
con su Ciudad de los muchachos,
que
nos hablaba de sexo y de respeto … a las chavalas.
También
estuve en Narcea:
con
sus minas, sus térmicas y la presa de la Barca
y
un Campano que no falta ningún año.
Y
nos fuimos acercando.
¡Madrid!
Madrid ¡Fantástica y asfixiante!
como
una trinidad que te envolviera.
Y
Valdemorillo con su jara.
Y
Félix Polus, que en paz descanse, con su finca,
al
lado del río Perales con sus molinos ancianos
por
el tiempo derrumbados
y
la finca del vecino,
con
un manzano y un pozo
y
abejas trabajando.
Y
los niños, los niños que llevamos.
Y
Mojadillas y mi casa
y
veo salir el sol desde mi cama,
por
el lado de la jara
y
se pone al otro lado,
por
el lado de las vacas,
de
Jesús… el asturiano,
que
tiene un hórreo
y
una casa que le hizo Robustiano,
que
ya no está entre nosotros,
que
los hados le llevaron
en
enero dos mil cuatro.
Y
aquí espero,
lentamente,
niños
nuevos
y
que me lleve la parca,
que
ya se sabe el camino,
que
ya pasó por mi casa.
Y
aunque me encanta la jara …
yo
he plantado …
dos
castaños.
En
estos últimos años he zascandileado un poco como Presidente de Mojadillas (8
años), Vice-Presidente (6 años) y finalmente defenestrado, si, si defenestrado
con todas las de la ley, no sé si por torpe o por confiado, creo que por las
dos cosas. Estuve en URVA (Urbanizaciones de Valdemorillo) asociación ya inactiva
o mejor dicho muerta, de la que sigo siendo el Presidente. Visto lo visto y con
las ganas de seguir intentando hacer algo por mis vecinos, me afilié al PP por
ser el partido cuyas ideas fundamentales
se acercan más a mi filosofía de vida, pertenezco a la Ejecutiva de
Valdemorillo.
A
nivel laboral trabajé como estudiante colaborador en Moncabril y cuando terminé
mis estudios de Ing. Sup. de Telecomunicaciones por la Politécnica de Madrid, pasé
al Departamento de Comunicaciones de Unión Eléctrica, luego, desde el 80 al 85,
trabajé en los proyectos de las centrales térmicas de Narcea III y La Robla II,
creo que ya éramos Unión Fenosa, época dura, de un trabajo intenso pero
emocionante. Luego en el Departamento de Nuevas Tecnologías, dedicado a I+D, tuve
la fortuna de trabajar en temas de energías renovables: Eólica (AWEC-60),
Fotovoltaica (TOLEDO PV), Energía de las olas (OLAS-1000), Biomasa y otros
proyectos de otras cosas.
No
puedo terminar esta presentación sin agradecer a todos los que de una manera o
de otra han influido en mi persona y han hecho que a estas alturas de la vida
siga intentando buscar un Norte que, curiosamente, cada día me resulta más
difícil. Tiene su guasa esto.
Cuento
con vosotros. Pasadlo bien. Andrés
ANDRES:
ResponderEliminarEnhorabuena por la iniciativa y mucha suerte en este derrotero que te has marcado.
Tendras un lector seguro. ¡Cuidado con lo que dices!.
Saludos y buen vino, Luis Herranz.