viernes, 30 de marzo de 2012


PRESENTACIÓN
Parece que en estas cosas está obligada una cierta presentación. Pienso que con la apertura de mi hija Ana, que me conoce bastante bien, podía bastar, pero, en fin, cumplamos con la costumbre, intentaré ser breve:
Nací en Béjar, provincia de Salamanca, un cinco de febrero de 1944, 68 años de nada. Según me contaron mis padres vivo gracias al Pelargón. Los más jóvenes seguramente no han oído hablar de él, sin embargo, aquella primera leche en polvo para bebés me ayudaron a sobrevivir, el Pelargón y el montón de horas extras que tuvieron que hacer mis padres para complementarlo con otras cosas, ahora hay padres que no tienen esa oportunidad. Hice el bachillerato en el Instituto de Orense siendo alumno del Colegio Calvo Sotelo de Falange, o de la OJE o del Frente de Juventudes con su Cara al Sol y sus rosarios y sus Misas de los primeros años, su uniforme y las becas que Hidroeléctrica Moncabril tuvo a bien darnos a mi hermano Antonio y a mí, las primeras que dieron, por aprobar el examen de ingreso. Como esto puede llegar a ser un rollo, permitidme que transcriba aquí un verso, u lo que sea, que escribí hace unos años para el Cocodrilo de Valmayor, un periódico mensual, muy modesto, pero que tenía el encanto del intento y la ilusión por retratar el costumbrismo o la vida en y de Valdemorillo, lástima que solo duró un año. Así quedó aquello:
La jara y los castaños
Aquí tenemos la jara.
¿Y qué? En mi pueblo hay castaños.
Y un día, no recuerdo si temprano, mi padre nos llevó al tren.
Era un viaje muy raro.
Nos llevó a un pueblo, entonces muy lejano:
Ribadelago,
aquél que lo llevó el agua de una presa desatada.
Y vi rapaces con cholos de cuero, madera y clavos
que patinaban sobre el agua del río helada.
Y daba miedo.
Y fuimos a Alberguería, el pueblo que inundó un pantano.
Y me pilló Andrea ciscando en el campo,
que en aquella casa no había baño;
si tenían un escaño, para tres o para cuatro,
en una cocina de fuego en el suelo centrado
y un pote de caldo colgando de un gancho.
Y fuimos a Orense: con sus Burgas, la Catedral y su Cristo,
el Colegio, el Instituto y  el Padre Silva con su Ciudad de los muchachos,
que nos hablaba de sexo y de respeto … a las chavalas.
También estuve en Narcea:
con sus minas, sus térmicas y la presa de la Barca
y un Campano que no falta ningún año.
Y nos fuimos acercando.
¡Madrid! Madrid ¡Fantástica y asfixiante!
La Universidad, Isabel y el trabajo,
como una trinidad que te envolviera.
Y Valdemorillo con su jara.
Y Félix Polus, que en paz descanse, con su finca,
al lado del río Perales con sus molinos ancianos
por el tiempo derrumbados
y la finca del vecino,
con un manzano y  un pozo
y abejas trabajando.
Y los niños, los niños que llevamos.
Y Mojadillas y mi casa
y veo salir el sol desde mi cama,
por el lado de la jara
y se pone al otro lado,
por el lado de las vacas,
de Jesús… el asturiano,
que tiene un hórreo
y una casa que le hizo Robustiano,
que ya no está entre nosotros,
que los hados le llevaron
en enero dos mil cuatro.
Y aquí espero,
lentamente,
niños nuevos
y que me lleve la parca,
que ya se sabe el camino,
que ya pasó por mi casa.
Y aunque me encanta la jara …
yo he plantado …
dos castaños.

En estos últimos años he zascandileado un poco como Presidente de Mojadillas (8 años), Vice-Presidente (6 años) y finalmente defenestrado, si, si defenestrado con todas las de la ley, no sé si por torpe o por confiado, creo que por las dos cosas. Estuve en URVA (Urbanizaciones de Valdemorillo) asociación ya inactiva o mejor dicho muerta, de la que sigo siendo el Presidente. Visto lo visto y con las ganas de seguir intentando hacer algo por mis vecinos, me afilié al PP por ser el partido  cuyas ideas fundamentales se acercan más a mi filosofía de vida, pertenezco a la Ejecutiva de Valdemorillo.
A nivel laboral trabajé como estudiante colaborador en Moncabril y cuando terminé mis estudios de Ing. Sup. de Telecomunicaciones por la Politécnica de Madrid, pasé al Departamento de Comunicaciones de Unión Eléctrica, luego, desde el 80 al 85, trabajé en los proyectos de las centrales térmicas de Narcea III y La Robla II, creo que ya éramos Unión Fenosa, época dura, de un trabajo intenso pero emocionante. Luego en el Departamento de Nuevas Tecnologías, dedicado a I+D, tuve la fortuna de trabajar en temas de energías renovables: Eólica (AWEC-60), Fotovoltaica (TOLEDO PV), Energía de las olas (OLAS-1000), Biomasa y otros proyectos de otras cosas.
No puedo terminar esta presentación sin agradecer a todos los que de una manera o de otra han influido en mi persona y han hecho que a estas alturas de la vida siga intentando buscar un Norte que, curiosamente, cada día me resulta más difícil. Tiene su guasa esto.
Cuento con vosotros. Pasadlo bien. Andrés

1 comentario:

  1. ANDRES:

    Enhorabuena por la iniciativa y mucha suerte en este derrotero que te has marcado.

    Tendras un lector seguro. ¡Cuidado con lo que dices!.

    Saludos y buen vino, Luis Herranz.

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