Dada la situación que vivimos en estos días, en Valdemorillo, se me ha ocurrido repasar escritos de otros tiempos. Me he encontrado con esto del 15/12/2009. Algo han cambiado las cosas, pero, en mi opinión, se va muy despacio, tan despacio que me es, prácticamente, imposible tener más paciencia.
POR LA ESPAÑA QUE ESTAMOS DEJANDO
En más de una ocasión me he sentido
molesto cuando alguien descalifica a los votantes o a los afiliados del Equipo
de Gobierno. Con razón o sin ella me he sentido “pinchado” por alguno de esos
comentarios y he reaccionado con mejor o peor fortuna.
Como quiera que, en mi opinión, cada
palo debe aguantar su vela, me ha dado por pensar sobre la culpabilidad o no de
los afiliados o los votantes en las actuaciones de los Equipos de Gobierno,
dicho sea de paso, a todos los niveles.
Si vamos al principio de las cosas,
mal que me pese, puedo entender que si los que nos gobiernan están ahí, lo es
por nuestros votos y se nos puede considerar responsables de sus buenas o malas
actuaciones, en según que medida.
Por otro lado, si lo hacen bien,
podemos sentirnos orgullosos de haberles votado y además nos beneficiaríamos
todos de los buenos resultados de su gestión y debiéramos agradecerlo. Haríamos
mal si nos quisiéramos atribuir una pizca de su buen hacer o apropiarnos de un
ápice de su mérito. De la misma forma, si lo hacen mal, todos pagaremos las
consecuencias de su falta de criterio, de su mala gestión y de sus errores,
pero no debemos culparnos por ello, ni culpar a los votantes del contrario si
son de ellos los que gobiernan.
Así pues, disculpo a los votantes y
afiliados de uno y otro lado y hago recaer el mérito y la culpa de cualquier
cosa que ocurra en aquellos que ocupan el poder. Mi sensación personal me
dice que una vez que han cogido la batuta, se olvidan de los votantes, de los
afiliados y de todo. Hay excepciones, muchas, claro está. Sin embargo, en
muchos casos parece que intentan gobernar de manera que lo que hagan les de a
ganar más votos, parece que la intención sea la de seguir en el puesto. En cada
actuación se analizan con mucho cuidado los posibles resultados de la misma
mirando siempre a las siguientes elecciones. Solo hay que ver lo que hacen
cuando les toca una patata caliente. Se pueden tirar años chuleándose de todo
el mundo. No digo ya, si al coger esa patata caliente se dan cuenta de que está
haciendo racimo con otras cien. En esos casos al patatero ya le pueden dar
vaselina. Se olvidan de
¿Alguien cree que los votantes, entre
elecciones, pueden influir realmente en la actuación o en las decisiones del
que gobierna? Ni con huelgas generales. A parte del recurso del pataleo, solo
puede esperar a las siguientes elecciones y solo, si el desaguisado ha sido muy
grande, puede vengarse y probar fortuna con otra gente.
¿Qué le pasa a los afiliados? Pues lo
mismo, han sido utilizados para hacer campaña y luego… Han sido muy listos los
partidos políticos, unos lo camuflan y otros no, pero en el fondo se hace lo
que dice el jefe, que ya ha olvidado que lo es por que así lo quiso la base. ¿Por
qué existen, si no, las listas cerradas, la disciplina de partido y la
disciplina de voto? ¿Quién se atreverá a replicar al jefe sabiendo que lo
pueden quitar de la foto? Desde luego, no los que albergan la esperanza de
aparecer en una lista con un sueldo o la posibilidad de un puesto de trabajo,
aunque sea temporal. Ese pequeño grupo de personas forman una barrera de
protección que me imagino difícil de romper.
Me pregunto ¿Por qué los Presidentes
de los partidos lo son también de los Equipos de Gobierno? Veo que eso ocurre a
todos los niveles: Municipal, Autonómico y Nacional ¿No sería más lógico que
fueran personas diferentes? ¿Cómo, si no, los partidos pueden influir en los
Equipos de Gobierno que ellos han apoyado? La primera vez que escuché un Debate
del Estado de
¡Pobres votantes y afiliados! Somos
carne de cañón.
¡Que mal día tengo! Debe ser el frío.
Pasadlo bien. Andrés
Hola NICANOR. ¿Cómo lo llevas?
¿QUÉ TE PASA, SIGUEN SIN CONTESTARTE?
Pues,
sí, ni mus me dicen. Si acaso, alguna disculpa. No me va a quedar más remedio
que acudir a otras instancias, mal que me pese.
POR LO QUE SE VE, ESO FUNCIONA. ¡CUENTA CONMIGO!
Gracias.
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