De orden
del señor Alcalde
se hace saber:
Que las izquierdas españolas,
y no las buenas,
están ganando la guerra que perdieron
en el treinta y nueve.
No lo digo yo,
que lo dice,
el Señor Alcalde.
Nos
podemos reír todo lo que queráis, pero que no os suene a cachondeo, vamos a
ver:
-Se
puede asaltar una capilla medio en cueros y te hacen Concejal.
-
Se puede pegar a un policía en el suelo y un tal Pablo se emociona.
-
Se puede apalear a dos Guardias Civiles y sus parejas y, bueno, supongo que en
este caso se habrá derretido de gusto el Pablo. Que fino “ma quedao”.
-
Se puede sacar una embarazada por la ventana y te aplauden los comparsas de la
manifestación.
-
Se puede apoyar un referéndum separatista y ser el “secre” de un grupo
político. ¿A que sí, Pablo?
-
Se puede sacudir a un Concejal del PSOE y el “secre” te apoya y hasta te
aplaude.
-
Se puede ser sacrílego y exponer en una exposición de arte y no pasa nada.
-
Se pueden firmar pactos con filo-etarras y gobernar la autonomía.
-
Se pueden soltar etarras y demás haciendo caso a Estrasburgo. Coñ… esto no lo
hicieron los de Vista alegre.
-
Se puede engendrar y triturar al engendrado.
- Se
puede aprobar una ley LGTB y quedarse tan fresco.
-
Se pueden quemar banderas nacionales impunemente.
-
Se puede hacer con los retratos del Rey lo que te plazca y no pasa nada.
-
Se puede robar a troche y moche y hasta que te pillan, que te quiten lo “bailao”.
Esto parece que lo hacen todos.
-
Se puede pasear la bandera republicana y te hacen la calle.
-
Se puede difamar que algo queda y al difamado que le den…
- Se
puede cantar “no sé qué” y saludar con el puño en alto. Me parece que la hoz y
el martillo se los dejaron fuera.
- Celia
te faltó sentártelo en el “colo”, bajarle los pantalones y darle unos azotes en
las nalgas con una buena zapatilla.
-
Se puede reinventar la historia y hay cerca de cinco millones de paisanos que
lo aplauden.
-…
Estoy
seguro que podéis seguir poniendo cosas hasta el infinito.
Hace
cincuenta y cinco años, un veinte de noviembre, estuve en Burgos, formado
delante de Franco con muchos más. Se celebraba el veinte o el veinticinco
aniversario de la exaltación, así se decía, de Franco a Caudillo. A parte del
frio de la noche anterior, en una tienda de campaña para cincuenta, los churros
de Burgos con azúcar de la tarde anterior y la “cogorza” de un compañero que no
se murió de milagro, poco más me queda en la cabeza de aquél día, ¡A! sí, vimos
Drácula, creo. Espero que, dentro de poco, aquellos que habéis estado en Vista
Alegre, os quede un recuerdo, si es posible tan insulso como el mío.
Lo
poco que vi en Vista Alegre II me da mucho que pensar y que temer y, sin querer,
pienso que, luego, estos dicen que el PP es de derechas. Es para… y no echar
gota.
Termino
como empecé:
Las
malas izquierdas están ganando la guerra que perdieron en el cuarenta y cuatro.
Pasadlo
bien. Andrés
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