Es asombrosa
la capacidad del ser humano para ir contra la racionalidad de las cosas. Tengo
mala memoria, así y todo, algunas cosas se me han quedado grabadas como si
alguien las hubiera programado para que permanezcan en mi cabeza. No hace mucho
se discutía en todas partes acerca de la asignatura EDUCACIÓN PARA LA
CIUDADANÍA. Cuando yo estudiaba bachillerato se llamaba FORMACIÓN DEL ESPIRITU
NACIONAL. Aprendí en aquellas clases que una de las obligaciones del Estado era
hacer aquello que la ciudadanía no hacía por falta de interés, falta de medios
económicos o incapacidad de cualquier tipo. Si el tema en cuestión era de
interés público el Estado tenía y tiene obligación de acometerlo. Quien dice el Estado, dice el Ayuntamiento, la
Diputación, la Autonomía y si el tema es de mayor envergadura esa obligación
recae en el Estado. Así lo entiendo yo. ¿Por qué el Ayuntamiento va a la
contra? Luego se harta de pedir colaboración. ¡Pero coño! ¿No tienes el poder? ¡Pues
gobierna, no te llames andanas, no devuelvas la pelota! ¡Juégala y si no vales
vete a tu casa!
La experiencia
que he vivido en Mojadillas desde 1992, la relación con los Presidentes del
resto de las urbanizaciones y con el Ayuntamiento desde el año 1996, año que me
nombraron Presidente de Mojadillas, me lleva a razonamientos como este: Las
urbanizaciones de Valdemorillo son, para el Ayuntamiento, algo así como la
nada. Pero pagamos, a nivel de impuestos, más que nuestros vecinos del casco, a
los que siempre agradeceré el detalle de colaboración con las urbanizaciones en
el tema de la renovación de las redes de agua. Ellos pagan el IBI, nosotros
también, pero ellos no tienen que preocuparse del mantenimiento de las calles,
ni de barrerlas, ni de cuidar sus jardines o zonas verdes, ni de tirar las vallas
o los edificios que se han salido de sus linderos, ni de arreglar las tuberías
de la red de agua o de alcantarillado, ni de la depuradora, ni de reponer la
infraestructura de sus redes o del alumbrado público (A nosotros nos pagan el
consumo y a veces nos dan algún material), ni de pagar las licencias de vertido
a la Confederación Hidrográfica del Tajo, ni a pagar un administrador que te
puede salir rana, que salen. Seguramente hay más cosas que nos diferencian.
No podemos
olvidarnos del agravio comparativo que supone que las últimas urbanizaciones
que se han construido cerca del casco se han incorporado como tal, no se las ha
obligado a convertirse en EUCC. ¿Qué hemos hecho los demás para merecer este
trato? Como me dicen algunos amigos: Es que sois muy cerriles. Seguramente es
eso, por eso se nos toma por el pito del sereno.
Leyendo
algunas notificaciones recientes del Ayuntamiento a Mojadillas, es imposible
que sea recepcionada ninguna urbanización de Valdemorillo. Me explico: Según se
nos notifica, hemos de conseguir que los vecinos que se han apropiado de
terrenos de uso público construyendo vallas fuera de lugar, retiren esas vallas
a su sitio, de no hacerlo, nunca seremos recepcionados. En Mojadillas se habla
de seis parcelas concretas, pero cualquiera que se pasee por la urbanización
verá que hay unas cuantas más. No quiero jugarme la cabeza, aunque me valga
para poco, pero estoy seguro que no hay en Valdemorillo ninguna urbanización con
todos los linderos bien puestos. ¿Quiere esto decir que nunca seremos
recepcionados? Si el Ayuntamiento no cambia de criterio, seguro que no. Desde
hace unos cuantos años se oye que esto no tendrá solución hasta que el tema se
lleve al Juzgado. Todo se andará. Claro que como funciona el Poder Judicial yo
ya no lo veré, pero habría que hacerlo.
De esta
situación tienen mucha culpa las urbanizaciones y los que viven en ellas que
tragan con lo que les echen, sobre todo si se lo echa el Ayuntamiento. Así las
Juntas directivas de las urbanizaciones barren para casa más que nadie y no hay
forma de unirlas para nada, ni siquiera frente a problemas comunes como pueden
ser las depuradoras, las redes de agua o la recepción.
Quiero
agradecer a Don Gustavo Benito Ribagorda, Secretario del Ayuntamiento, la
amabilidad y el respeto con que siempre me ha atendido, independientemente de
que sus criterios y los míos en algunas cosas, se parezcan como un higo a una
castaña.
Pasadlo bien.
Andrés
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