No se como define
Doña Esperanza Aguirre este tipo de trabajos. Le oí o creí oír: “Que, en virtud
de la situación económica que estamos pasando, era mejor un trabajo con un
sueldo por debajo del salario mínimo que nada”.
¡Hombre!
Teniendo en cuenta que si tienes hambre mejor es un mendrugo de pan que nada,
no te digo ya si lo que tienes es mucha hambre. ¡Vale! Pero si pienso en lo
vivido y en lo que me han enseñado mis mayores, tengo que decir que no debí
escuchar bien o debí entender muy mal a Doña Esperanza o es una de esas cosas
que alguien saca de contexto.
Yo empecé mis
estudios gracias a las becas que
Hidroeléctrica Moncabril nos concedió a mi hermano y a mí si aprobábamos el
ingreso de bachillerato. Cuando entré en la Escuela de Telecomunicación en la
Politécnica de Madrid, tuve la suerte de que Moncabril tenía estudiantes
colaboradores, así nos llamaban a los becarios, trabajábamos tres horas y
teníamos un salario que nos permitía contribuir a mitigar las deficiencias
propias de la situación y, además, nos permitía seguir estudiando. Nunca
agradeceré bastante aquellas becas y aquella oportunidad de trabajar y el
detalle que tubo la empresa en contratarme al terminar los estudios, allí desarrollé
mi vida laboral siguiendo las vicisitudes de la Empresa y allí me he jubilado.
Entendamos
bien las cosas, una cosa es una ayuda en forma de beca o salario de estudiante
colaborador por una “mini jornada” y otra muy distinta que, por un trabajo, más
o menos convencional, se quiera pagar por debajo del salario mínimo.
Yo puedo
entender que cuando no hay medios económicos para satisfacer los derechos estos
se pierden, por mucho que los demagogos digan o quieran otra cosa. Pero no
puedo entender que te quiten tus derechos por la mala gestión de algunos
políticos, sindicalistas y otros que se lo llevan puesto antes, durante y
después de su gestión, todo por la cara.
Doña
Esperanza: He estado muy cerquita de usted cuando ha venido por Valdemorillo y
ha inaugurado ese local donde nos reunimos. Usted también tiene que limpiar
nuestra casa de la gente que no da la talla o que hace de su capa un sayo. Ni
usted ni Don Mariano tenían que haber permitido algunas de las cosas que pasan o han pasado. Por mucho menos a cualquier Presidente de urbanización lo tiran por la ventana.
¡Venga, anímese, suelte el pico y la pala un rato y coja la escoba de barrer inútiles, enchufados, sinvergüenzas,...! Y ¡Ánimo! Que no tengamos que escuchar cosas que avergüenzan al más
pintado.
Se me
olvidaba: NO PERMITAN USTEDES PACTOS COMO ESTE DE VALDEMORILLO, el Partido
Popular no se merece esto y mucho menos los afiliados. ¿Hasta cuándo lo va a aguantar usted, Doña Pilar?
Pasadlo bien. Andrés
NOTA: No abro los anónimos, no perdáis el tiempo.
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