domingo, 22 de febrero de 2015

LA SENTENCIA DE LA DISCORDIA


    No es la primera vez, ni será la última, que escribo sobre Mojadillas y los aparcamientos de uso público, casi mil metros cuadrados, que seis vecinos de la calle Flor de los Almendros números 7, 9, 15, 17, 19 y 21, se han anexionado con el beneplácito del Excelentísimo Ayuntamiento de Valdemorillo.

    Dicho sea de paso, los Servicios Técnicos hacen un informe técnico perfecto que no deja lugar a dudas y que luego el Equipo de Gobierno no respeta para nada. Es cosa extraña que el Equipo de Gobierno no respete este informe, lo digo porque es raro que se tomen decisiones sin que haya antes un informe de los Servicios de Secretaría, de Intervención y/o de los Servicios Técnicos que justifique la decisión a tomar.

   He de añadir que esta sentencia es definitiva y que se produce porque el abogado que nos representaba y que tenía poderes, recurrió la primera sentencia por su cuenta y riesgo y solo nos avisó cuando tuvo la sentencia en la mano. La primera sentencia, como las otras cinco, las de las otras parcelas, fueron negativas. Sentenciaban que la Urbanización no era dueña de esos terrenos, cosa que es cierta, y por tanto no tenía derecho a exigir que estos vecinos retranquearan los cerramientos a su sitio. Treinta y seis mil euros, nos costó la broma del Ayuntamiento permitir estas infracciones urbanísticas y su carta del 5 de octubre de 1998, para que luego digan que las urbanizaciones se tiran al monte y no les hacen caso.

   Ahora, este servidor es el malo de la película y el pesado que se repite más que los ajos, hasta tal punto que la Asamblea decidió, en su última reunión, que no se gastarían un céntimo en seguir con este asunto, naturalmente siguieron el consejo de los dos miembros de la Junta Directiva. Digo dos miembros porque la junta Directiva solo tenía, desde hacía unos meses, solo dos miembros. Eran tres, pero uno de ellos, tan pronto se hicieron las obras de reparación de la zona de entrada a su parcela, la vendió y se fue. Su vecino, por lo menos siguió en la Junta, aunque tengamos diferencias de opinión más que importantes, en especial en este asunto.

   Las actuaciones de esta Junta Gestora, que no cumple con los Estatutos, están recurridas ante el Ayuntamiento de Valdemorillo, igual que la Asamblea y el acta de la misma celebrada en Mayo de 2014. Da lo mismo recurrir que hacer puñetas, al Ayuntamiento le da igual, ni contesta. Pronto tendremos la asamblea de este año y los vecinos tendremos que volver a la gresca y enfrentarnos unos con otros por nuestra torpeza y la inutilidad de nuestro Ayuntamiento. Está claro que el Ayuntamiento en sí mismo no puede ser inútil, es una Institución del Estado y como decía la Señora Villanueva en el último Pleno: “Yo no gobierno con siglas, gobierno con personas”. Queda claro, una vez más, que Mojadillas vuelve a ser culpable de que el Ayuntamiento no conteste mi recurso. Yo pienso que, si Mojadillas no contesta mi recurso, el Ayuntamiento debiera darme la razón y, en el peor de los casos, ponerle las pilas a Mojadillas y decidir lo que sea.

   Algún día alguien podrá explicarme por qué en Madrid se puede tirar un trozo de una Iglesia y en Valdemorillo no se pueden tirar unos cerramientos construidos por la cara en terrenos de uso público. Mi querido equipo de Gobierno, esta vez no podéis echarle la culpa a los SSTT que hicieron un buen informe. Eso sí, se las podéis echar al Señor Secretario.

   De la sentencia que sigue, este servidor opina que: Si bien la Urbanización tiene el derecho y la obligación de cuidar de las zonas comunes, no es menos cierto que el Ayuntamiento tiene una responsabilidad mayor, no en vano es el Tutor de la Urbanización. Además, es el que da las licencias de construcción y debe controlar que no se produzcan infracciones urbanísticas y si se producen debe hacer que se corrijan. En este caso se impusieron sanciones, no las que señalaba el Informe de los Servicios Técnicos (30.000 euros) por haber construido en terreno público, se pusieron por ocupación de terreno de uso público (8.000 euros). Luego se olvidaron de cobrarlas.  Si los terrenos se siguen ocupando ¿Por qué no se vuelven a cobrar? Luego, hay quien se queja de leer en alguna de estas páginas “malditas” algo como “A este Ayuntamiento le sobra el dinero”. Aquí, a veces, parece que se llama hacer buena gestión a echar balones fuera.

   En fin, seguiremos usando este pobre recurso del pataleo mientras podamos.

      Os dejo con la sentencia.











Pasadlo bien. Andrés 



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