Me despierta el canto del cuco y
la luz del sol entrando a la vez por las ranuras de la persiana. En ese
instante de sueños infinitos, una pesadilla destaca sobre todos: Un tal Pedro recibe
a un tal Torra en las escaleras de la Moncloa, luchan por ver cuál de los dos
tiene la sonrisa más cínica y me viene a la memoria una frase del tal Pedro “Un Presidente del Gobierno tiene que ser
una persona decente y usted no lo es”. Creo que, en aquel momento, en su
soberbia, pensaba que estaba delante de un espejo. Me pregunto ¿Es decente
recibir, de esta manera, a un Torra con lazo amarillo y tener a un Ministro del
Interior que ordena, a todos los Embajadores del Reino de España, que deben
actuar cómo el Señor Morenés, ante cualquier situación como la vivida con el
tal Torra en Washington? En mi opinión, NO.
Ante lo que estamos viviendo
desde la moción de censura del tal Pedro, tengo que reconocer que, lo de las
vallas de Mojadillas, tenemos que tomárnoslo a risa.
Dicho esto, sobre EL OKUPA, MÁS
OKUPA DE TODA LA ESPAÑA OKUPADA, sigamos con otros, que hay muchos, tantos que podríamos
clasificarlos de esta manera:
OKUPAS por necesidad vital.
Serían aquellos a los que la vida ha
colocado en una situación tan precaria que no tienen ni para comer, ni ellos ni
sus hijos. Podrían incluirse en este grupo aquellos padres que, por ignorancia
o exceso de buena voluntad, han avalado a sus hijos en alguna compra, estos han
fallado, por la circunstancia que sea, y les toca a ellos apechugar con el
problema. A todos estos desafortunados, creo que el estado debe proporcionar
algún tipo de ayuda, siempre en función de sus circunstancias y nunca a cambio
de nada, salvo en casos muy excepcionales.
OKUPAS por la jeta.
De estos, me atrevo a decir que son la mayoría,
muchas veces son OKUPAS de locales, a veces públicos, que suelen estar en
desuso o medio abandonados, a veces son pisos de los bancos procedentes de
embargos. A estos hay que darles en el morro, por decirlo suave. Sin embargo, a
muchos de estos, son los Ayuntamientos los que, no solo se les permiten ser
OKUPAS, si no que, con el pretexto de que no les den guerra, hasta les dan
subvenciones para actividades “culturales”.
OKUPAS narcotraficantes.
Estos, parece que son de reciente creación,
okupan lo que sea para vender droga
y últimamente, hasta permiten que se consuma dentro del piso okupado. Estos suelen estar organizados,
de forma que, si los echan de un piso, ya tienen otro preparado para seguir con
su macabro negocio. Estos son más peligrosos que los de la jeta, representan un
peligro social real. A estos no vale darle en los morros, habría que…
OKUPAS mafiosos.
Estos son los más espabilados de todos, primero okupan, luego se dedican a alquilar,
realquilar o lo que sea, pisos vacíos al primero que pillan, baratillos, si, si
baratillos. Yo no valgo para este negocio, lo sé por mis contactos y mi
experiencia con algunos protegidos por el Ayuntamiento de Valdemorillo y el
Defensor del Pueblo. Digo protegidos y digo bien, ya que el Ayuntamiento dice
que es un problema que tiene que resolver la urbanización y el Defensor del
Pueblo le apoya.
OKUPAS de terreno de uso público.
Estos no son peligrosos, te pueden retirar la
palabra, cambiarse de acera, o mirarte mal. Hace años, en una asamblea de
Mojadillas, alguno de los OKUPAS de mi calle, se atrevió a decir qué a él, le
habían vendido la parcela tal como estaba. Entonces yo le dije, por esa regla
de tres, yo te vendo la Cibeles, baratita para que la puedas comprar. No me la
compró, así es que, supongo, que no le entré bien, eso sí, se cayó. Curiosamente
la asamblea se calla en este asunto como si fuera… eso. He de decir qué en la
asamblea, cada vez que se toca el tema, no se ríe nadie. Otros, que se sientan
en la mesa del Pleno de Valdemorillo si se ríen. Claro que se ríen ¿Por qué no?
Yo no tengo “pasta” para quemarla en los Juzgados. Esto viene a cuento, porque
desde mi punto de vista faltan unos okupas
en esta lista, los que siguen:
OKUPAS POLÍTICOS Y/O
FUNCIONARIOS.
Pongo a los dos grupos juntos porque forman, eso que,
en biología, se llama simbiosis, creo que son los que no pueden vivir unos sin
los otros. Se me ha ocurrido pensar en esto, con motivo de las primarias, esas
en las que nos hemos estrenado los que seguimos creyendo en el Partido Popular.
Unas primarias muy especiales, a doble vuelta, eso sí, en la segunda vuelta
serán los compromisarios los que voten. Que me perdonen los de Génova, pero a
mí me parece una tomadura de pelo en toda regla. Criticamos a bombo y platillo
los chanchullos, yo llamo así a las negociaciones que hacen unos partidos con
otros, todo para poner a mandar al que más les dé y luego, nosotros ponemos
compromisarios que “corrijan”, según
algunos, los errores de las bases. La segunda vuelta me parece vital, pero si
votan los que votaron en la primera. Este es un caso particular y muy puntual,
con el que no estoy de acuerdo, tanto que en mi voto he tachado a todos los
compromisarios.
Esto de los OKUPAS POLÍTICOS Y/O
FUNCIONARIOS es mucho peor. Por no ir más lejos, si analizamos lo que ocurre en
los Plenos de Valdemorillo y la mayoría de las actuaciones que allí se manifiestan,
igual que los hechos de algunos funcionarios que no están allí, es para echarse
a temblar. Si miramos la Asamblea de Madrid y, no digo ya, el Congreso de los
Diputados, o el Parlamento de Cataluña, entonces no es para temblar, es para
pegarse un tiro o empezar a cavar trincheras, nos salva que todavía tenemos
mucho que perder. Claro que a ninguno de estos podemos llamarles OKUPAS, al fin
y al cabo, a los políticos los hemos puesto nosotros y los funcionarios lo son
por oposición, pero creo que, unos y otros, nos han engañado y, en ese sentido
de abuso de su posición, es en el que yo considero que, una buena parte de
ellos, no son Concejales, no son Consejeros, no son Diputados, no son
funcionarios, SON OKUPAS y, además,
considero que todos esos que se extralimitan en sus funciones o no cumplen con
las mismas, son los peores y, con diferencia, los que más daño hacen.
Para terminar, pienso que todo esto
ocurre por unas leyes que no respetan, ni protegen la propiedad privada y un
sistema judicial lento, impregnado, muchas veces, de un buenismo más falso que
la puñeta. Lo que hace pensar, a más de uno, que las leyes están hechas para
proteger a los sinvergüenzas.
Ahí queda eso. Me parece que voy
a tener que dejar de mirar por esta ventana.
Pasadlo bien. Andrés
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