domingo, 22 de abril de 2012

ESTA NUEVA ESCLAVITUD


ESTA NUEVA ESCLAVITUD

-      ¿Chasquean?
-      Del cocodrilo los dientes ávidos de sus presas.
-      ¿Y las presas?
-      A juzgar por la instantánea, tranquilas, sonrientes, sujetas o sujetando, según las gafas de cada uno, el símbolo fálico del poder vulgo bastón de mando.
-      ¿Y el Pueblo Soberano?
-      ¿Qué? ¿El Pueblo Soberano? En la inopia, entre políticos y funcionarios así lo han dejado.

Es seguro que más de uno aplicará lo anterior a este pueblo serrano de Valdemorillo afán de nuestros desvelos, sin embargo, Valdemorillo es solo una mínima muestra de lo que ocurre en España y me atrevo a decir que en el mundo entero.
En estos días convulsos de crisis provocada por la ambición de todos estamos perdiendo cantidad de derechos, mejor dicho de aparentes derechos y los estamos perdiendo con el convencimiento de que tiene que ser así, admitimos que los causantes se vayan de rositas, seguramente porque nosotros también tenemos algo de culpa. Hay una culpa que tenemos clara: Les hemos votado, les hemos dado el poder para que hagan de nosotros lo que quieran durante cuatro años y los que caigan.
A poco que uno piense, resulta difícil admitir que consintamos que nos gobiernen personas sin capacidad para ello, solo porque el jefe de filas de este o aquel partido los ha puesto en ese número de la lista que luego el Pueblo Soberano (Permitidme que me ría hasta de mi sombra, aunque sea triste) va y vota con ilusión los menos, con esperanza los más, por intereses otros muchos. ¿Cuándo se darán cuenta los primeros de las listas que tienen que escoger entre los mejores? No pueden escoger a aquellos que les van a reír las gracias o van a ser unos “mandaos”. ¿Cuándo se darán cuenta los de más arriba que tienen que poner en el número uno a personas que se lo merezcan?
Hay mucha ignorancia, muchos intereses y mucho miedo en las bases de los partidos para cambiar este tipo de situaciones.
Nos aprietan el cinturón, nos lo aprietan cada vez más. A los poderosos no se lo aprietan en la misma proporción, no me refiero al tanto por ciento económico que en algunos casos será mayor, solo hay que ver la escala del IRPF, yo me refiero a que el dolor que siente el desgraciado de los cuatrocientos euros al apretarse el cinturón no se parece nada al que puede sentir el Señor Botín, por ejemplo, que solo siente ese apriete en algún apunte en algún papel. El primero es un apretón con sufrimiento mental y físico porque le dolerá el estómago de hambre, los dos, por él y por los suyos. El segundo es posible que se enfade por que sus accionistas o su círculo social le tiren de las orejas por no subir en la lista de los más ricos, pero nada más, él y los suyos seguirán comiendo exactamente lo mismo.
Nadie se engañe, parece que estoy echando la bronca a los que están por lo que nos están apretando, sin empezar por ellos, es verdad, pero sería injusto no poner a caer de un burro a los causantes más directos de este desaguisado que además, ahora, tienen la cara dura de presentarse como salvadores criticando a diestro y siniestro las medidas que se están tomando y que son una consecuencia directa de sus actuaciones en los últimos años ocho años, aunque empezara antes la crisis y el despilfarro, han sido unos iluminados a los que encima les seguimos pagando buenos sueldos y estoy hablando de políticos y de consejeros de Cajas y Bancos.
Otro día más. Pasadlo bien. Andrés

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