A
buen entendedor con pocas palabras basta.
Con
toda seguridad que, aquí y con esta frase, debiera pararme para ser congruente
con la misma. Me resisto, me resisto, me hierbe la sangre, no me cabe en la
cabeza que seamos gobernados por tanto cantamañanas. A esos, a los
cantamañanas, va dirigida mi rabia, mi impotencia mis gritos de poseso que a
duras penas sujeto.
Aclararé
lo de dirigir, no vaya a ser que algún despistado piense que me refiero solo a
los del Partido Popular, no, en el Partido Popular ya no debe quedar ningún
sinvergüenza, sin embargo, a estas alturas, eso no lo asegura ni Don Mariano.
Tal es la situación política que vivimos en estos días, pienso que gracias a
esa “Justicia” que es “igual para todos”, frase
acuñada por no sé quién, pero, de la que se adueñan todos los ministros de
Justicia habidos, independientemente de su color. Nadie duda de la frase, pero
todos añadimos: “Si, para unos más igual que para otros”.
No
ha salido, el Congreso de la aprobación de los Presupuestos Generales del
Estado y ya, ese del “no es no” ha
montado una moción de censura al Gobierno, precisamente él, el santo barón, que
preside el partido que ha dejado a España dos veces en la ruina y, a lo mejor
me equivoco y ya no le queda ninguno, ojalá, pero parece que tiene muchos más
corruptos y ha defraudado unas cuantas veces lo del Partido Popular, se reviste
de santidad mesiánica socialista y se empeña en sentarse en la Moncloa. Esta
vez, ni siquiera esperan a que esté llena la caja, ya la quieren dilapidar,
esté como esté.
El
argumento utilizado, para esta tropelía, me parece más simple que el que
utiliza el Ayuntamiento de Valdemorillo para dejar hacer a las urbanizaciones
lo que quieran y para no meterse con los OKUPAS de mi calle. ¿No lo conocéis? Pues
lo dicen muchas veces “… como no están
recepcionadas…”.
Espero
que no salga esta moción, tampoco la del Señor de la “hoja de parra”, que
todavía no sabe dónde está, vamos como si fuera un pulpo en un garaje.
Por
aquello de que “de perdidos al río”,
casi prefiero que salga la Don Pablo, porque, su política, conseguirá mejores
pensiones, mejores salarios, podremos asaltar capillas en bolas, pegar a los
policías, insultar a los que se pongan por delante, asaltar supermercados,
darnos besos en los morros, quemar banderas, hacer escraches a gogo… y
cualquier cosa que se nos ocurra, todo porque tendremos “libertad”.
Entendí
la TRANSICIÓN como algo bien pensado y razonable, voté por Tierno Galván, luego
olvidó su partido y al poco montó o permitió la movida, ya no hay tabús, ni
respeto, ni principios, ni nada… Unos cuantos cantamañanas lo dominan todo y
hacen de su capa un sayo y es tal la provocación y el engaño que la gente ya no
se cree nada de nadie, sobre todo si tiene algo que ver con la política, esa a
la que han prostituido hasta quedar exhaustos a pesar de ser manada. Nos han querido
dejar ciegos, sin norte, sin criterios, sin principios, sin valores… Gracias a
Dios, no lo han conseguido con todo el mundo.
Creo
que tenemos que cambiar la Constitución, la Ley Electoral y borrar este modelo
de Autonomías.
1º.- Hay que borrar del Congreso a los
partidos que no sean de ámbito nacional y a los que en su ideario tengan la más
mínima duda de la unidad de España.
2º.- Cada hombre un voto. Sí, hombre, sí,
las mujeres también, solo faltaba ¡Gili…! ¿Es que no te enseñaron castellano en
la escuela? ¿Que es eso de que cuatro mindundis tengan en jaque a toda una nación?
3º.- Fuera estas Autonomías que son como Estados,
con unos privilegios de Estado que no les corresponden. Deben dedicarse
únicamente a labores puramente administrativas y siempre sujetas a las leyes
del Estado. ¿Cómo hemos podido llegar a tener diecisiete Autonomías, cada una
de su padre y de su madre, cada una tirando para un lado? Esto no hay país que
lo soporte.
4º.- Sobran la mitad de los políticos y
muchos de sus privilegios. ¿Por qué no se pueden quedar solo los buenos? Tendrían
mejores sueldos, más acordes con la labor que realmente les corresponde. Pero,
esto del número de ellos y los privilegios asociados, no los bajan ni
arrancándoles de cuajo… las orejas.
5º.- Algo muy parecido se podría decirse del
cuerpo de los funcionarios. Qué lástima que los buenos no sean capaces de “fumigar”
a los demás.
Antes de que se me pudra la sangre,
voy a terminar como empecé “ILOS A LA MIEL DA” todos los aprovechados,
sinvergüenzas, paniaguados, chupatintas, roba-peras, inútiles... No sigo porque
la lista se me hace infinita. ¡LOS OTROS QUE SE QUEDEN, QUE HACEN FALTA!
Pasadlo
bien. Andrés
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