martes, 12 de noviembre de 2013

LOS DIECISEIS DE ESTRASBURGO



     Seguimos liberando etarras asesinos y otros varios que se les parecen mucho. Siempre fui partidario de la pena de muerte para los asesinos. Siempre, hasta que un día me pregunté si sería capaz de ajusticiar yo, personalmente yo, a alguien, por muy merecido que lo tuviera, al peor de los asesinos.

     Aun recuerdo el primer día que le di en el cogote a un conejo, el pobre cayó en una trampa, yo le vi por la mañana, le saque del cepo, le cogí por las patas y le di dos golpes en el cogote, allí se quedó y estaba estupendo en la paella si no fuera por los dos golpes de la mañana. De esto hace más de treinta años y todavía me molesta en la memoria.

     Me pregunto con frecuencia que pasaría si yo hubiera ajusticiado a esos etarras que ahora están soltando con la escusa de Estrasburgo. No se lo que sentiría si yo los hubiera ajusticiado como al pobre conejo, lo que si se, es que cada vez que se suelta a uno de estos asesinos se me pone mal cuerpo, muy mal cuerpo y no consigo quitarme el asunto de la cabeza.

      No me vengáis los dirigentes políticos de turno con golpes de pecho, no os creo, os ha venido al pelo que sean los de Estrasburgo los que os han quitado un peso de encima, eso no os va a quitar de vuestra cabeza, mientras viváis, ni después, la culpa que tenéis por haberlo permitido. Ya se que no se vuestra toda la culpa, se que os lo han dejado en bandeja, pero no habéis sabido actuar a tiempo para impedirlo, ahora: ¡Pagadlo!

     No puedo dejar de pensar en las víctimas y nunca les agradeceré bastante que sean capaces de poner la otra mejilla, dudo que yo fuera capaz de hacerlo, quizás la cobardía que nos invade a muchos me tuviera sujeto, me maldigo por ello. No se si fue Casona en su obra “La barca sin pescador” en la que el diablo tienta a alguien con algo así como “Si pulsas este botón te será concedido”. El botón borraba del mapa a alguien que no conocía el tentado. Muchas veces en estos días me gustaría tener ese botón. Tienen suerte los de la Audiencia Nacional, el Tribunal supremo, el Constitucional, los de Estrasburgo, los seis de enfrente y los veinte de Valdemorillo y otros muchos que a mi no me tiente el diablo con ese botón.

     Bien sabe Dios que yo no apretaría ese botón, pero que me quedo con unas ganas infinitas de apretarlo, podéis tenerlo por seguro.

      ¿Qué, os ha gustado el cuento?


Pásalo bien. Andrés

2 comentarios:

  1. Yo te lo voy a explicar, que no entiendes ni el asunto de tus vallas ni este.

    A lo mejor prefieres que el Estado empiece a ejecutar a terroristas de ETA, y que acto seguido, estos empiecen a poner bombas, por ejemplo, por donde pasan tus hijas a diario, si, por ejemplo, por ahí cerca pasa un objetivo terrorista.

    Lo que te jode, y te jode de Zapatero, es que te evitas tener que elegir entre no dar justicia a las víctimas, y la paz; o hacer justicia con las víctimas, y el terrorismo vuelva por sus fueros (lo que implicaría que tú familia podría, si la mala suerte lo quisiera, ser asesinada).

    Ese es el problema, en el que seguro que no has pensado.

    Por cierto, tus vallas, igual ¿no?

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  2. Empezaré por el final:
    Mis vallas, que no son mías, que son de seis vecinos que las han instalado en terreno de uso público con el beneplácito del Ayuntamiento y que nos impiden a los demás usar los aparcamientos, que son de todos, están estupendamente, en un sitio que no es el suyo, pero estupendamente y así seguirán hasta que Doña Pilar quiera o venga alguien más torero.
    El bueno de tu Zapatero, nos ha dejado peor que Felipe González. Como decía tu Alfonso Guerra, han dejado a España que no la conocía ni la madre que la parió. Y si no recuerdo mal fue tu Felipe González el que creó los Gal y yo lamento que Aznar no se estuviera callado y que el Gobierno actual mire para otro lado y se dedique a soltar terroristas, asesinos y violadores con cientos de años de cárcel y se van sin cumplir ni siquiera los treinta mínimos. Por si no te queda claro considero que los que los han soltado son unos cobardes y los que defienden esa postura también.
    Como ves de político no tengo nada y si tanto te gustan llévalos a tu casa que ahora ya son buenos chicos, los sientas a tu mesa y se los pones de ejemplo a tus hijos, al fin y al cabo son gente que ha conseguido lo que quería.
    Pasadlo bien. Andrés

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