jueves, 26 de diciembre de 2013

MORRIÑA DE OTROS TIEMPOS



Puede que haya sido el mal tiempo o la influencia de las noticias que ponen en carne viva nuestras miserias, el caso es que se entrecruzan, más bien se chocan, en mi cabeza sentimientos de todo tipo. Desde la amargura de la “paz etarra” que han comprado los gobiernos tragándose el sapo de Estrasburgo, hasta la posible subida de la luz, ganada a pulso por las Eléctricas, los Gobiernos sin sentido y los bienaventurados ecologistas, aparecen a la fuerza las noticias de los desastres naturales, las guerras, el paro y el hambre.

Uno se pregunta cómo pueden resistir esa gente a la que les toca todo lo malo ¿De dónde sacan el valor para seguir adelante? Acaso algún Dios les alimenta con el Don de la Esperanza o son sus mentes tan pobres que la rebeldía les es desconocida.

Es fácil no ser rebelde si se está chupando de la teta, al contrario, se puede ser hasta pelota; si queremos verlos, solo hay que repasar las listas de cualquier equipo de gobierno. Muchas veces nos es difícil ceder de aquello que hemos conseguido con más o menos esfuerzo. Esto se entiende a poco que pensemos en nosotros mismos, otra cosa es que seamos capaces de justificarlo y que nuestros argumentos no sean rechazados por nuestra propia conciencia. Nuestro cinismo nos hace tragar con lo que sea.

¿Qué fue de la ilusión perdida? ¿Tengo que buscar a alguien que cargue con este muerto? Seguramente, porque no es fácil de llevar.

Y luego… llegaron las vallas, esas santas vallas que Doña Pilar adora, tanto… que no se atreve ni a tocarlas.

¡Vaya un día! ¡Menos mal que no pinto nada!


Pasadlo bien. Andrés

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