Si algo
ha quedado claro en el término municipal de Valdemorillo, a lo largo de más de
cuarenta años, es el poco interés que el Ayuntamiento ha tenido por las
urbanizaciones. Me atrevo a decir que algo muy parecido pasa en el resto de
España. Si hablo de Valdemorillo es porque vivo aquí y lo conozco un poco
mejor, aunque solo sea porque lo sufro en mis carnes.
Desde
que aparecieron las urbanizaciones el Ayuntamiento ha sacado de ellas lo que ha
podido y cuesta entender que se permitiera de manera generalizada que los
promotores se fueran dejando las obras de urbanización a medias, en el mejor de
los casos. Hay algo peor: Permitieron la creación de Entidades Urbanísticas
Colaboradoras de Conservación bajo unas condiciones pactadas entre los “promotores”
de la época y el Ayuntamiento que dejan mucho que desear. Lo permitieron y lo
hicieron a sabiendas de que ninguna estaba terminada en sus infraestructuras
básicas, algunas no tenían ni las calles asfaltadas, ni el alumbrado en
condiciones, ni las depuradoras funcionando, las zonas verdes sin acondicionar
lo más mínimo. Algo si hicieron muy bien: Se cuidaron de asegurar que el
mantenimiento de las mismas sería su responsabilidad de por vida.
Eso no
es lo que dice la Ley sobre las EUCC, pero aquí se permitió, igual que se
permite cualquier cosa, con licencias, sin licencias, con decretos o sin ellos,
da lo mismo. Luego uno se pone a pensar y a querer saber cuál es la razón
última por la que el Alcalde de turno y sus compañeros de Gobierno permiten
esas cosas, cosas como que en Mojadillas seis vecinos se anexionen casi mil
metros cuadrados de aparcamientos de uso público por la cara. Hay más, pero,
que yo sepa, que hayan pasado por el Juzgado y se sigan riendo y se burlen de
la “Sagrada Institución que debiera ser el Ayuntamiento” los seis de la Calle
Flor de los Almendros números 7, 9, 15, 17, 19 y 21, de Mojadillas.
Conozco
la historia de URVA, ARLUV, NUEVO VALDEMORILLO y la más reciente de PIVALDE, que
pone la guinda a todas las demás.
Saco
estos cuentos hoy porque he oído en la “tele” una noticia que me motiva a
escribir sobre las urbanizaciones de Valdemorillo. La noticia viene a comentar
que en uno de los estados de EEUU, la proporción de personas de habla hispana
alcanza el 39 % de la población, si no he oído mal. Con tal motivo están
formando un grupo político para influir en las decisiones del Estado.
En
Valdemorillo hay dieciséis urbanizaciones, a saber: El Cerro I, El Cerro II,
Mojadillas, Montemorillo, La Pizarrera, La Esperanza, Las Infantas, Pino Alto
Cazadero Real, Pino Alto Sector Sur, Puentelasierra, Jarabeltran, Isla Blanca,
El Mirador del Romero, Santa Ana, Las Charquillas y Los Barrancos.
Habría
que añadir otras dos o tres que se han construido en los últimos años, pero que
han sido muy bien asesoradas y se han negado a constituirse en Entidades
Urbanísticas Colaboradoras de Conservación.
La
diferencia entre las primeras, que fueron engañadas por el Ayuntamiento y los “Promotores”
a “pachas” y las segundas está muy clara: Las últimas no se preocupan de la
depuradora, ni de las farolas, ni tienen a nadie para cuidar las zonas verdes,
ni barren las calles, ni reparan los baches, ni tienen que reponer el asfalto o
arreglar las aceras, ni se pegan con el vecino que no paga el agua o la cuota. Todo
esto se lo hace el Ayuntamiento gratis, bueno gratis, a cambio de cobrarles el
IBI. A los que vivimos en las otras dieciséis urbanizaciones que nos zurzan.
Si, si, también pagamos el IBI, pero el Ayuntamiento, que administra muy bien
el presupuesto, se libra muy mucho de pagar a nadie para hacer esas cosas, con
pagar el coste de la energía eléctrica del alumbrado, que también se lo paga a
las otras, y facilitar parte de los repuestos de las farolas tiene bastante. Se
me olvidaba, también colaboró en los parques infantiles y en algunos campos de
deportes. No hablo del Instituto, ni de los colegios, ni del Centro de Salud,
ni de la Casa de cultura, ni… Solo les faltaba no dejarnos utilizarlos.
Lo
sorprendente, en esta España nuestra, no es que el Ayuntamiento nos ignore o
que nos acuse de no hacer los deberes, lo que más sorprende, a mí por lo menos,
es que los que vivimos en estas urbanizaciones, que representamos, punto arriba
o punto abajo, la mitad de los censados en el municipio y la mitad de los
ingresos por IBI del Ayuntamiento, seamos tan torpes que no hayamos sido
capaces de formar un grupo que tenga fuerza en el Ayuntamiento.
Continuará.
Pasadlo bien. Andrés
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