sábado, 2 de enero de 2016

LOS SANTOS DEL CALLEJERO



Mi querida Carmena:

Su nombre me recuerda a una canción que he escuchado en alguna película, con bastante salero, que hacía referencia a algunos episodios de nuestra guerra civil, perdón, de la guerra civil que vivieron nuestros padres y nuestros abuelos y que parece que algunos desgraciados quieren revivir. Si Señora lo he puesto en rojo.

 Si la comparo a usted con la Señora Colau, tengo que ponerla en los alteres.  Si me paro a analizar estos cambios en el callejero de Madrid, tengo serios problemas con la educación que me enseñaron en casa y en el CALVO SOTELO, un colegio  de internos y medio pensionistas, un colegio de Orense, mejor de Ourense, como les gustará más, seguramente, a mis compañeros del colegio. Era un Colegio del Frente de Juventudes, luego de la OJE y luego no sé de qué. Para que nos entendamos y tal como veo que respiran algunos ahora, en especial los que tienen a Franco en el punto de mira, creo que era un Colegio Franquista y me honro de haberme formado en él como persona y como hombre. Creo que soy una persona abierta a todos, comunicativo, dialogante, que intento entender a los que tienen ideas diferentes y que intento, sin perder la perspectiva, ponerme en su lugar. Así lo veo yo y lo quiero, otra cosa es que lo consiga. No sé cuándo, pero pasado el tiempo, convirtieron el CALVO SOTELO en un Parador o algo parecido. Ahora no sé qué es.

   JUNIO DE 1955


A lo que voy, allí me enseñaron el respeto a mis mayores en edad, dignidad y gobierno. Usted, Señora Carmena, tiene un año más que yo, vaya por delante mi respeto. En cuanto a dignidad, tengo dudas muy serias, por las cosas que usted permite o que hace, usted sabrá. No se crea, yo también tengo mis “pecaditos”, pero muchos políticos de hoy me ganan en “atrevimiento” y han tirado la primera piedra. En cuanto a lo del gobierno, tengo que aceptarlo, aunque lo lamente y no esté de acuerdo. Es verdad que los “tejemanejes” de los partidos en los despachos, que no los votos, le han dado una autoridad que acepto pero que, en mi opinión, no se merece, cada día que pasa… menos se lo merece. Por desgracia, esto es solo mi opinión.

Personalmente maldigo la Ley de Memoria Histórica por el uso que le han dado y usted quiere darle. Seguramente es porque tengo una memoria realmente mala, apenas si me acuerdo de las cosas buenas que he vivido, lo que hace que, por puro egoísmo, me olvide de las cosas malas vividas. No puedo entender que nadie que intente gobernarnos o que nos gobierne permita o intente que los gobernados se enfrenten por estupideces como esta de cambiar nombres a las calles. Con lo que eso nos va a costar se puede ayudar a más de un desahuciado y usted de desahucios sabe un montón. Si no entiendo esto, se puede suponer que, mucho menos entiendo a los políticos desgraciados que los provocan como a su Señor Iglesias o al que le ha dado la Alcaldía, su Señor Sánchez. Usted está haciendo cosas “raras” desde que la pusieron de Alcaldesa. Enhorabuena Señor Sánchez. Puede que sea al Señor Carmona al que tengo que felicitar, es igual, los subordinados, a veces, hacemos cosas que no queremos, nos justificamos con aquello de “me lo han ordenado”, pero no debiéramos hacerlas.

Esto de la política cada día me parece más un lio, quizás sea un cachondeo. En todo caso es entretenido. Además, si le echas un poco de cara, puedes decir hoy blanco y mañana negro, para eso tiene colores el arco iris y luego dicen que el papel lo aguanta todo. El papel, al lado de algunos políticos no es nada. Hablando de arco iris puede usted ponérselo a la reina maga.

La Ley de Memoria Histórica, tal como yo la entiendo, solo ha conseguido remover los demonios adormilados de nuestra guerra civil. Tengo amigos en los dos bandos. A uno de ellos le mataron a sus dos abuelos, a uno lo mataron los nacionales y al otro los rojos. ¿¿¿¿ Qué demonios pretendía Don José Luís Rodríguez Zapatero???? No conozco a nadie que se oponga a que cada uno levante sus muertos donde quiera que estén.

Las izquierdas habéis gobernado esta España nuestra durante más tiempo que las derechas, por admitir que los del PP somos de derechas, que tiene bemoles y suena a chiste. ¿Por qué no los habéis sacado de sus fosas de una vez y nos dejáis en paz? Sabéis porque no los sacáis cuando tenéis el “poder”, porque necesitáis mantener esa llama encendida para tener algo a lo que agarraros. Si no fuera así ¿Cómo ibais a asaltar capillas ahora o contar chistes macabros con las víctimas del terrorismo o cometer sacrilegios y hacer exposiciones sacrílegas? Me rio yo del bajo palio de Franco.

Usted, Señora Carmena, está a favor de estas cosas. Ahora quiere cambiar el nombre de no sé cuantas calles en Madrid. Yo que usted pondría las placas nuevas encima de las viejas, de manera que se viera quien pisó a quien en nuestra historia. Usted no quiere tener memoria histórica, usted quiere olvidar nuestra historia y escribir otra. Al lado de esa placa del 15 M, que no sé si ya la ha puesto en la Puerta del Sol, le sugiero que ponga otra con su nombre MANUELA CARMENA. Es para que los que somos desmemoriados nos acordemos de usted cuando pasemos cerca del Kilometro Cero.

Ayer oía una propuesta a la que me apunto, esta era: Sustituir cada placa que se quita por otra con el nombre de una víctima de terrorismo, empezando por los Guardias Civiles, Fuerzas de Orden Público, personajes públicos y civiles anónimos a los que convirtieron en víctimas por casualidad. 

Perdonadme, mis queridos amigos de la izquierda, pero cada día que pasa y a medida que escucho a algunos de vuestros líderes, más a la derecha me tira el cuerpo, que no el alma y como decía el Señor Corcuera: Me cuesta un esfuerzo enorme contenerme.

Es posible que a alguien le quede la idea de que defiendo a Franco, no se confunda. Franco hizo cosas bien y cosas mal, como todo el mundo. Sin embargo creo que la educación y los principios que me infundieron, bajo su gobierno o su dictadura, superan en mucho a los que tienen algunos de sus colegas.  

Aprovecho la ocasión para enviarle un cordial saludo.


Pasadlo bien. Andrés

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