martes, 9 de mayo de 2017

EL TAXISTA Y OTRAS COSAS

              
Hace veinticinco años, en Caracas, Venezuela, un par de turistas pasaban unos días, esos de las bodas de plata, en uno de los mejores hoteles de la ciudad, el Sheraton, quizás. Cuando fueron a salir a conocer la ciudad, los Señores de recepción les aconsejaron: “No alquilen taxis fuera del hotel, cojan nuestros taxis, por seguridad”.

Ya ha llovido. Hace dos días, charlando con un venezolano:

-    Yo: Vaya una que tenéis montada en Venezuela, ya van treinta muertos o más.

-  Mi amigoCalla. Antes había dos partidos, cómo aquí, si no mandaba uno mandaba el otro, cómo aquí. Si uno robaba, el otro más, cómo aquí. La gente se cansó y llegó Chaves, cogió a toda esa gente que se sintió explotada, abrió una cuña entre los dos grandes y se hizo con el poder. Cómo no os deis cuenta y lo atajéis os pasará lo mismo.  Ya podéis espabilar, mirad cómo estamos nosotros.

Vámonos a la Argentina:

Al día siguiente le oigo a Federico, creo que no hace falta ponerle apellidos, le oigo darle un repaso de historia a Echenique, tampoco necesita apellidos, por razones muy diferentes. En poco rato le enseño historia de España, que solo hay una, con regiones o nacionalidades muy diferentes, pero todas españolas y metidas en una Constitución, en una, no en diecisiete, cómo parece que quieren algunos que militan en algo que dicen que son partidos de centro izquierda, de izquierda… hasta los hay de ultra-izquierda.

Lo de las nacionalidades me tiene un poco descolocado, nunca entenderé como pudo aparecer en la Constitución la palabra “nacionalidades”.

De repente suelta algo así como “¿Por qué no te vas a Argentina?” Me pilló de sorpresa, yo no sabía que Echenique era argentino, no es que me importe, lo que sí me importa es que, aquí, nuestras leyes permitan que entre en las instituciones un patán de tres al cuarto que quiera descuartizar la nación. Seguramente este Señor aplica aquello de “donde quiera que fueres haz lo que vieres”, de lo que deduzco que el Señor Echenique solo se ha juntado con independentistas, filo-etarras... ¡Vá!

Xente, xente hay moita, personas, personas poucas”. Que me perdonen los gallegos si no lo he puesto bien, es que lo recuerdo así.

Pongo instituciones con minúsculas porque, a mi entender, considero que estamos permitiendo que pasen de ser Instituciones a otra cosa como instituciones.

Esto es lo que estan consiguiendo algunos de nuestros dirigentes políticos? Estamos listos.

¿Cómo es posible que nuestras leyes permitan que estemos en manos de cuatro cantamañanas minoritarios, que representan a cuatro gatos? ¿Cuándo se van a enterar que lo que tienen que hacer es cambiar la Ley Electoral? Un Hombre un voto. Vale, vale, vale… “un hombre, una mujer, un gay, una lesbiana, un transexual o un intersexual” ¿Os gusta más así? Pues a mí me enseñaron, en la escuela, en Béjar, y en el bachillerato, en Orense, allá por los cincuenta, en el instituto de enseñanza pública, que cuando se utiliza la palabra hombre de forma genérica, se refiere a todo el género humano, a todos. También me enseñaron a respetar a todo el mundo. Ahora les ha dado por hablar de todos y de todas ¿Alguien quiere explicarme por qué tengo que decir todos y todas, y los demás? Espero que la RAE readapte el diccionario y la gramática. A lo mejor, ya lo ha hecho y resulta que estoy tan obsoleto como algunos funcionarios de Valdemorillo, esos que no se conocen las leyes que les aplican, supongo que para poder hacer informes que permitan, a los políticos de turno, hacer lo que les venga en gana. ¿O no?

Becas. Como todo, desde hace unos años, se ha dado en tergiversar las palabras, o dicho de otra manera en cambiar el sentido y/o concepto de las mismas. Yo pude estudiar el bachillerato y la carrera de “teleco” gracias a las becas de la empresa en la que trabajaba mi padre. Cuando la perdí, por no superar el nivel exigido en las notas, consciente de que tenía que terminar la carrera como fuera, solicité trabajo de becario, al principio tres horas y al final ocho. Me lo dieron y siempre me pagaron por el trabajo, no era mucho, pero yo hacía algo de trabajo, he de reconocer que al principio poco, luego aprendes. Hasta me pagaron el sueldo durante el tiempo que hice la mili y hasta conseguí alguna paga extra para todos los becarios. ¡Qué barbaridad, en tiempos de Franco! Al principio tenía la Seguridad Social de la Universidad, luego la que empezó a pagar la empresa al ajustarse a la reglamentación vigente.

En estos días se discute si un becario debe cobrar o no. Creo que se confunden algunas cosas como el trabajo y el aprendizaje. Tengo la sensación de que se pretende compensar las lecciones que se dan con el trabajo realizado. Que yo sepa, el trueque no es legal. No sé si los aprendices siempre cobraron, supongo que habría de todo, depende de dónde cayeran. Supongo que cualquiera de ellos, pasado el tiempo, agradecerá el techo, la cama, la comida que le dieron y las enseñanzas que de otra manera no hubiera podido tener.

Me pregunto si estos restaurantes, que supongo de super-lujo, no ganan lo suficiente como para tener becarios con un poco más de “dignidad”. Ya le he oído a alguno, en Radio Nacional, que, después de esto que está pasando, yo no los va a volver a tener.

Hay otros becarios que ya tienen su título universitario y los contratan en prácticas con un sueldo irrisorio. Para mí, una cosa es que no se les pague la experiencia que no tienen y otra es que no se les pague ni siquiera para el autobús. A demás, tienen estos empresarios, algunos organismos oficiales, la cara dura de ir sustituyéndolos según se van terminando sus contratos.

No me extraña que tuviéramos un 15-M. Lástima que de él se aprovechen los "echeniques" y demás.

No, no, no se me olvida, Doña Gema, espero que el tener menos Concejales no le sirva de disculpa para no reponer la legalidad urbanística en Mojadillas y demás.


Pasadlo bien. Andrés

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