viernes, 7 de julio de 2017

REFLEXIONES


Por las meigas de la electrónica, los comentarios y/o reflexiones, o como los queráis llamar, perdí lo que Jesús González había opinado en mi escrito titulado FRASES NUEVAS, VICIOS VIEJOS, escrito relacionado con la poca o nula atención que el Ayuntamiento de Valdemorillo hace sobre el asunto, mil veces denunciado, de la infracción urbanística que representa el que los seis vecinos de la calle Flor de los Almendros números 67,9,15,17,19 y 21 se hayan adueñado de casi mil metros cuadrados de aparcamiento de uso público impidiendo a los demás vecinos la posibilidad de utilizarlos. Desde aquí le agradezco su opinión y su apoyo. Habiéndolo recuperado, aquí lo expongo:


Jesus González Martin ha dejado un nuevo comentario en su entrada "FRASES NUEVAS, VICIOS VIEJOS": 

Andrés, Algunas personas creen que su poder icónico es un mensaje dentro de una botella. No hablamos tanto de instrumentalizar los privilegios del «star system» como de utilizar a sus personajes como representaciones virtuales de su propia vida. La interpretación se convierte entonces en un espacio de escritura autobiográfica, un modo de expresión que juega y reflexiona con las difusas fronteras que existen entre su imagen pública y privada.
Te armaste de razón, planteando desde el inicio una acción punible cuando afecta a intereses de otros ciudadanos. Lo ocurrido, desde antaño, en tu urbanización esta denunciado desde hace años y está claro: los políticos al uso pasan olímpicamente de tu caso. Pero sigues teniendo la razón y la razón cuando se persigue con ahínco termina como la Fé moviendo montañas. Con los que están ahora en el poder es imposible, por ignorancia invenciblemente errónea, que tomen una decisión de es te calado. Pero otros vendrán que la razón te dará y aunque solamente sea por tu tenacidad. 
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En el último Pleno, Doña Pilar López Partida hizo un comentario sobre el particular, entonando un “mea culpa”, advirtió de que era hora de hacer algo con este asunto. Dicen que obras son amores y no buenas razones, veremos si comentan algo el próximo día 20 de julio en el Pleno. Por mi parte, y lo lamento, seguiré denunciando el asunto todos los meses, mientras sea capaz. Reconozco que soy un pesado, pero no entiendo como el Ayuntamiento se llama andanas en esto.


Sobre mí último escrito titulado PESADILLAS, también opinó Jesús González. En PESADILLAS intento reflexionar sobre la situación moral y política que estamos viviendo últimamente.

Jesus González Martin ha dejado un nuevo comentario en su entrada "PESADILLAS": 

Andrés, la realidad golpea con la homofobia cotidiana, con las formas y las actitudes que convergen en el paso de peatones, en la barra de bar, en el supermercado, en la oficina, o tras el escaparate de una tienda ropa. Todo queda infectado en idéntica tesitura que una semana antes o un mes antes, pero no por ello es inútil la reivindicación en Madrid como en otros lugares para alcanzar el desahucio de todo acto homófono, en todo caso, es un excelente y grandioso recordatorio para mostrar la intolerancia que acompañan a la especie humana.
Hay mucho que erradicar de la intolerancia del día a día. Y aunque la reivindicación haya alcanzado cifras de record y más que nunca el mundo haya sentido el grito que reclama la libertad de la opresión, los instantes caen nuevamente sobre instantes pasados para repetir, de nuevo, el mismo error. La libertad no brega lo suficiente en un día de festividad y reivindicación, solo es la pauta que exterioriza lo que cientos de miles de seres humanos exigen, es por ello que, los viejos clichés, los tejados bajos de la incomodidad, las ideas amuralladas, los destierros rutinarios, la negación de lo sentido, debe ser desahuciado, apartado en el tránsito y el sendero diario.
El rastro del camino dejado debe ser el dibujo trazado de nuestras propias ideas, y esas ideas deben concurrir en gestos y maneras cotidianas. Habría que armar formas que trasvasen hacia otro paisaje donde la tolerancia no sea un grito, ni siquiera una conversación, ni siquiera un artículo de opinión, ni siquiera un día de reivindicación, en todo caso, algo cercano al significado de la palabra normalidad, algo así como un día que amanece, una autopista colmada de vehículos que circulan en dirección a sus destinos, un bar atestado de risas y cervezas, un saludo de buenos días al llegar a la oficina.


Aquí, Jesús me deja un poco descolocado. Casi creo que me invita a reflexionar un poco más sobre el tema del Orgullo Gay, en especial. Hombre, siempre es bueno reflexionar y cuanto más mejor. Creo que, en general, todos tendemos a encasillar a cualquiera que se ponga por delante en un lugar determinado, ya sea por su altura, su peso, su pelo, su charla, su saber estar, su color, su equipo favorito o por cualquier cosa o aspecto que se os pueda ocurrir. Todo ese encasillamiento lo vamos moviendo a medida que nuestra formación espiritual va evolucionando y haciendo que crezcamos como seres humanos. Desde mi punto de vista, no siempre es así, hay quién se encasilla y casi, diría yo, se momifica. Hay casos peores, retroceden a sus posiciones iniciales, lo que a veces no solo es bueno, si no necesario. O sea, que todo está muy abierto e inestable, es decir, al gusto de cada cual.

Renovarse o morir. ¿Significa esto cambiar nuestros principios o nuestros valores necesariamente? Creo que no, ser más tolerante con los demás no significa que comulguemos con sus posiciones, ni mucho menos. Dicho sea, con todos los respetos y ciñéndonos al tema del Orgullo Gay, que es por donde creo que va Jesús. Ya lo dije “el comportamiento sexual de cada uno es su responsabilidad”, si no lo dije, lo digo ahora, creo que debe ser algo muy personal e íntimo. Yo no me voy a meter en ello, pero me parece fatal que lo demuestren de la manera que lo hacen y mucho peor me parece que se monte una ley que nos obligue a los demás a rendirles pleitesía o casi y que ellos puedan educar a sus hijos y a los hijos de los demás a su manera. No solo eso, quieren impedir a los padres que piensan diferente puedan educar a los suyos de otra forma.

Comprendo que el péndulo está al lado contrario y habremos de sufrir las consecuencias, todos, porque lo pagaremos todos. Estamos destruyendo el concepto de la familia clásica y con ello la sociedad. Eso es lo que creo y lo lamento, si a eso se le llama ser progresista, yo no quiero serlo, tengo una idea muy diferente de lo que significa progresar.

Por cierto ¿A santo de qué y donde la Ley de banderas permite poner el arco iris en las fachadas de los Ayuntamientos?


Pasadlo bien. Andrés

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