jueves, 20 de febrero de 2014

NUESTRAS FRONTERAS



          Estamos viendo estos días imágenes que mueven o pinchan nuestras conciencias.

Yo puedo considerar mi frontera las vallas de mi parcela o de mi casa. Si alguien intentara sobrepasarla, tendríamos un encontronazo que, a saber, como quedaba. Otra cosa es que llame alguien pidiendo ayuda. Si es una ayuda que pueda dar, lo más probable es que se la dé. ¿Qué pasa si no se la puedo dar o no se la quiero dar, por la razón que sea? La razón tiene su peso, pero… a lo mejor es lo de menos. ¿Tendrían derecho esos “izquierdistas” a ponerme a parir por no abrir mis puertas? Los llamo “izquierdistas” a posta porque considero que ser de izquierdas es otra cosa, tan digna como ser de derechas. Espero que algún día desaparezcan estos términos, que en muchos casos solo sirvan para aprovecharse de ellos y camuflar nuestro cinismo.

¿Qué creo yo que pasa en Melilla? Pues que Marruecos quiere mover sus fronteras y adueñarse de Ceuta y Melilla. Por eso permite esos atropellos y agrupa a esos pobres desgraciados en la frontera. No tiene la habilidad que mis vecinos de enfrente, que han movido sus “fronteras” y se han anexionado los aparcamientos de uso público, con el beneplácito del Ayuntamiento de Valdemorillo. Menos mal que el Gobierno de España no piensa ni actúa como el Gobierno de Valdemorillo, porque, si así fuera, haría la vista gorda o cedería Ceuta y Melilla a Marruecos y aquí paz y después gloria.

¿Qué pasa con Europa? En mi opinión les pilla lejos y no quieren líos, aunque haya por ahí una “Señora” que se atreva a pedirnos explicaciones. Yo considero que las fronteras exteriores de Europa, ya no son de sus países, son de Europa y por tanto debía crearse una Policía de Fronteras europea que dependiera de Bruselas y así, esa “Señora” podría pedirle explicaciones al Presidente de la Comunidad Europea. En mi opinión ya está tardando Don Mariano en montar en autobuses a los emigrantes que no caben en las dependencias de Ceuta y Melilla y enviarlos a Bruselas o a Estrasburgo, que es a donde tenía que haber llevado a todos los asesinos y etarras que liberaron.

No puedo terminar esta historia sin decir que estoy con la GUARDIA CIVIL y sin darles mi apoyo incondicional y animarles a que sigan siendo lo que son, a pesar del cinismo y la cobardía de algunos de nuestros políticos.


 Pasadlo bien. Andrés

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